La iglesia de Sant Vicenç de Tossa de Mar es un monumento con mucha Historia. Convertida en un reclamo turístico de altura (a pesar de que se encuentra destrozada) sus ruinas hablan de ataques, piratas y monasterios. Perfecta para admirar tras darnos un baño en la playa, todo lo que se cuente de ella jamás hará justicia a esas décadas donde los asaltos eran continuos.
La Costa Brava, que además del encanto de su litoral también tiene mucho por ver, sorprende por la cantidad de yacimientos y monumentos en ruinas que nos encontramos. Esta iglesia, que para muchos turistas solo son montones de piedras protegidos por una capilla que aún no se ha caído, responde a una de las construcciones más importantes de la zona y, si pasas por Tossa, su visita está más que obligada.
¿Qué sabemos de las ruinas de la iglesia de Sant Vicenç?
En pleno centro de la Vila Vella de Tossa del Mar nos encontramos con lo que queda de la antigua iglesia de Sant Vicenç y todo lo que supuso una vez. El conjunto, que pasó a manos del monasterio Santa María de Ripoll en el siglo X, se llegó a contemplar la idea de construir un castillo sobre ella. Sin éxito, este lugar fue atacado e incendiado por los franceses en 1285 y como «regalo» de aquello quedó completamente destrozada.
La villa, que era famosa por los continuos asaltos de piratas, durante años no pudo descansar en paz. A pesar de que a su alrededor se buscaba una armonía, los conflictos intermitentes no dejaron que esto fuese posible y hoy, como parte del legado histórico, son muchos los que recuerdan aquellos tiempos. La iglesia, sitio sagrado y de peregrinación, fue uno de los monumentos que mayor número de destrozos tuvo.
Con la muralla caída en el suelo y rodeada de escombros, el pueblo estuvo alrededor de ésta durante años sin hacer nada por levantar sus ruinas. Si bien el encanto de lo tétrico es lo que caracterizó el espacio, durante siglos se pensó en obras de restauración que jamás llegaron a cometerse. El hecho de que la iglesia de Sant Vicenç fuese un lugar sagrado y de con tanta Historia de asaltos detrás parece que fue lo que limitó los intereses de la gente.
Obras de restauración en la iglesia de Sant Vicenç, ¿la mejor elección?
Para la sorpresa de muchos la iglesia de Sant Vicenç comenzó sus primeras obras de restauración en el año 2003 a decisión del ayuntamiento de Tossa del Mar. El conjunto, que durante siglos fue un tumulto de piedras y escombros por fin iba a tener el trato que se merecía. Gracias a este trabajo no solo podemos admirar lo que fue en su día de otra manera sino que sirvió para descubrir nuevos detalles sobre ella.
De aquello se puede deducir que el edificio tenía una sola nave de planta rectangular y el acabado terminaba en una cabecera de superficie lineal. De carácter prerrománico, sorprendió la calidad de sus materiales y el mínimo detalle con el que se habían diseñado cada uno de sus puntos. Hoy, situado en un lugar de paso del municipio, podemos estar tranquilamente por el centro y dar con esta obra de arte.