Barcelona es una ciudad cargada de construcciones para ver. Turística como pocas, por sus calles encontramos plazas, esculturas y edificios de todos los colores que nos dejan pensando en la suerte que tenemos de contemplar algo así. El Monasterio de Pedralbes, sin que sea uno de los conocidos, cuenta con dimensiones majestuosas y un interior que merece la pena contemplar. Ejemplo perfecto del gótico catalán, su base tiene años de Historia y mucho que decir a quien lo mira por primera vez.
«¡Qué simplicidad más moderna! Es el mejor que he visto en vuestra tierra en muchos años» expresó Le Corbusier cuando visitó la ciudad condal en 1930 asombrado por lo que tenía delante. La sobriedad de la iglesia gótica, la capilla de San Miguel o las dependencias monacales son algunos de los apartados que hacen de este conjunto un ejemplo de construcción único. Hoy, con la garantía de que se puede hacer una visita guiada por cada uno de sus rincones, tenemos la oportunidad de saber mucho más del mismo.
¿Cuáles son las partes del Monasterio de Pedralbes?
Colosal tanto por dentro como por fuera, el Monasterio de Pedralbes cuenta con varias partes muy bien diferenciadas. Fundado por la reina Elisenda de Montcada en el año 1327, nos encontramos ante uno de los edificios con mayor estilo de Barcelona. El gótico nacional que le da forma es precisamente lo que lo define como construcción. Habitado tiempo después por monjas clarisas (que residieron aquí hasta 1983) hoy es un reclamo turístico para los amantes de la arquitectura de todo el mundo. A continuación, os dejamos con sus espacios:
La iglesia
Formada por una sola nave vemos cómo las capillas laterales le dan una estructura única al conjunto. Con una sobriedad monumental, los especialistas en arte ven cómo en este espacio destacan las características propias de la arquitectura del Sur de Europa. La iglesia además está decorada por tres coros muy bien conservados (el alto, el bajo y el central) que captan las miradas de todos los que se disponen a entrar. Posible de visitar tanto con guía como de forma unánime, si lo que quieres es disfrutar de un paseo único esta puede ser una buena alternativa.
La capilla de San Miguel
Decorada por un conjunto de pinturas de Ferrer Bassa, cualquier persona que venga a visitar el Monasterio de Pedralbes tiene que pasar por aquí para quedarse un rato admirando su inmensidad. Sus pinturas, murales ejecutadas al fresco y al seco, están perfectamente conservadas y suponen una joya para los amantes del arte italiano. Solo por ver esta impresionante obra de arte (arriba en la fotografía tienes una parte) merece la pena que te adentres en su interior y pasees de lado a lado.
La cocina del Monasterio
La cocina es una de las partes más interesantes del edificio. Quizás cuando lleguemos a la Capilla de San Miguel no le demos mucha importancia pero lo cierto es que guarda mucha Historia en su interior. Desde aquí vemos cómo el paso del tiempo ha influido en la decoración y disposición de algunos elementos que tenemos a vista. Herramientas para picar o moler, cazuelas, los fogones o los bidones de aceite son artículos que hablan de cómo viven aquellos que una vez ocuparon el espacio.
El claustro
Considerado el gótico más grande del mundo, en el claustro sí que podrás perderte largo rato. Con veintiséis columnas dispuestas a todo el alrededor del espacio, el juego que hacen entre ellas es bastante bonito de ver. Dividido en dos galerías (tal y como se ve en la imagen) lo ideal es recorrerlas de un lado hacia el otro observando también el jardín que tiene en su interior. Hecho de piedra calcárea con restos fósiles procedentes de Girona, sin duda nos encontramos en una de las partes más