Al hablar de las Casas de la Judería tenemos que decir que estamos ante un hotel. Si bien en este artículo nos vamos a centrar en su parte histórica y todo lo que ha supuesto para la ciudad, lo cierto es que tampoco vamos a olvidar la función de alojamiento que tiene y cómo ha sido una boutique que vio descansar a personajes únicos. La idea de dormir en un sitio cómo, confortable y en el que te sientas como en casa es algo que nos gusta mucho cuando salimos de nuestra zona de confort pero aquí hay mucho más.
Situadas en el barrio de San Bartolomé, al entrar aquí nos encontramos con un recorrido por la ciudad de Sevilla sin salir de casa. Abiertas al público a temporadas, tenemos la oportunidad de conocer algunos de los aspectos fundamentales de la provincia pero dejando atrás el turismo de masas o aquel en el que vemos a gente por todos lados. Luna Medina Orleans, propietaria del conjunto, es una mujer que sabe perfectamente cuál es su legado y la importancia que supone para la ciudad.
¿Qué podemos ver en las Casas de la Judería de Sevilla?
Compradas por el Duque de Segorbe tras la Expo del 92, lo que comenzó siendo un pequeño espacio para uso propio se convirtió en el conjunto que tenemos actualmente en el centro de Sevilla. Las Casas de la Judería, conocidas por todos en la zona, son un tumulto de patios, caminos subterráneos, pasillos y habitaciones que nos introducen en lo clásico de la ciudad y, de alguna forma, también nos devuelve al pasado. A continuación, para los que están ansiosos por ir, os dejamos algunos de sus departamentos:
Palacio de los Zúñiga
Situado en la calle Dos Hermanas, el Palacio de los Zúñiga se quedó aquí gracias a que ya formaba parte del edificio en el momento de su compra. Ni las reformas o el paso del tiempo ha conseguido que este rincón señorial desaparezca del conjunto siendo hoy uno de los espacios más importantes y característicos del hotel boutique del que hablamos. En cualquier caso, no está operativo en el exterior y es por ello que debemos contar con un permiso si queremos admirar su belleza desde dentro.
Casa del Relojero
Haciendo honra del oficio que tenía su dueño nos encontramos con la Casa del Relojero, un lugar que en un principio no tenía registro real y al que no se le conoció familia asociada. Gracias a la profesión que se le vio a la persona que durante un tiempo habitó allí hoy se conoce con este nombre aunque tal y como hemos dicho, algunos aspectos de la vivienda siguen siendo todo un misterio. Es importante no confundir este edificio con la que tenemos en Valencia que no guarda relación alguna con la judería.
Corral de la Vaquería
Conocida también como «la casa de las flores«, el Corral de la Vaquería es una de las partes más antiguas de este conjunto. «Mi padre cuenta que, cuando era niño, aquí había vacas y por eso su nombre» declaró Luna Medina en una entrevista para que nosotros, que quizás estábamos pensando en el por qué, lo tengamos todo más claro. El sitio no es más que un patio de vecinos al que se le ha respetado toda la arquitectura popular y con ello igual nos damos cuenta de lo importante que es esto para la colección.
Palacio Padilla
Si venimos hasta las Casas de la Judería de Sevilla no podemos no pasar por el Palacio Padilla. Con capiteles cincelados en Nápoles, entremedio se dejan ver los escudos de una importante familia renacentista. El jardín, que actúa como la gran joya del conjunto, deja perplejos a los transeúntes que vienen asomándose por las pequeñas rendijas para tomar fotografías. La decoración y una fuente que parece robada del Real Alcázar es lo que más gusta de lo que aquí vemos, ¿te animas a pasar?
Piano Bar
Dentro del edificio también hay un piano bar, sitio en el que podremos descansar tomando un refresco o picando algo. Su decoración, que nos hace pensar en esas películas clásicas de Hollywood, es lo que más gusta a las personas que pasan por aquí. Si miramos al techo además, seremos testigo de un recuperado arte mudéjar tardío que no escapa a los ojos de ningún observador. Por otro lado, en un espacio algo más pequeño, hay como un salón de muñecas que una vez más nos recuerda a esos tiempos de antes.
Termas de Híspalis
Puestos a hablar de sitios para relajarnos, las Termas de Híspalis son el lugar perfecto. Este spa, al que podemos entrar sin necesidad de reservar noche en ninguna de las habitaciones del hotel, es uno de los grandes caprichos del conjunto. Sus instalaciones no solo recrean un espacio en el que estar tranquilo sino que respetan la decoración y arquitectura de la época logrando que los turistas pongan toda su atención sobre él. ¿Estás de paso por la ciudad de Sevilla? ¡Puede que sea un buen momento para venir!
Las Casas de la Judería, gracias a lo antiguas que son, han recibido todo tipo de personas en su interior. Como anécdota diremos que Stephen King, icono absoluto de las novelas de terror, estuvo durmiendo en La Cuba, una habitación hecha con paredes de cordobán, un material hecho de pan de oro que ha suscitado los caprichos de varios huéspedes. El escritor, que guarda muy buen recuerdo de su paso por la ciudad, no dudó un momento que era este el sitio en el que quería descansar.