¿Alguna vez has escuchado el término baños de bosque? Esta expresión, tomada libremente del japonés shinrin-yoku, nos habla del aire libre y de lo mucho que puede ayudar a nuestro organismo. Si bien el concepto no es algo nuevo, con la crisis del covid-19 nos hemos dado cuenta de lo mucho que ha ganado el turismo de naturaleza en todos nosotros. Con el senderismo como el ocio favorito de los últimos meses, nada mejor que una práctica con la que los sentidos fluyan.
Su oferta, por el momento nada masificada, ha cambiado la vida de muchas personas. Lejos de esas aglomeraciones que inundan las calles del centro o de estar de un bar a otro, nos encontramos con una alternativa saludable, de la que podemos beber en muchos aspectos. Vendido como forma de vivir el entorno que se nos ha dado, también se convierte en una manera de descubrir la biodiversidad de un país desde dentro. En España, desde la famosa albufera des Grau de Menorca a esos hayedos que exploramos en otoño tenemos para elegir.
¿Cuáles son los beneficios de los baños de bosque?
Aunque los beneficios de los baños del bosque son muy antiguos, con el apogeo del turismo rural se han extendido más que nunca. Tomados como una terapia en diferentes partes del mundo, poco a poco se ha ido conociendo más de estos en nuestro continente: «Tenemos una diversidad brutal dentro de la Unión Europea somos un auténtico reservorio. ¿Qué ocurre? Que no tenemos los paisajes alpinos, el verde de otros países. El nuestro tiene colores distintos que hay que entender» explicaban desde Greenpeace a la agencia EFE pero, ¿cuáles son sus garantías?:
Mejora de la salud mental
Ha quedado completamente demostrado que disfrutar de la naturaleza nos ayuda con nuestra salud mental. Gracias a la reducción de estrés (algo que la vida urbana aumenta hasta en un 39%) nuestra autoestima encuentra su equilibrio y esa energía que a menudo damos por perdida. Algunos estudios en los que se han hecho paseos por el bosque confirman que hay hasta un 21% menos de sufrir trastornos de ansiedad. ¿Te vas a quedar sin saber que es lo que el método podría haber hecho por ti?
Buenas capacidades cognitivas
A través de varios ensayos se ha comprobado como con las rutas por la naturaleza hay un incremento de atención, una mejor concentración y una mayor creatividad para todo lo que realizamos. Bajo esta línea, también podemos decir que existe buena facilidad para integrar aprendizajes, habilidades para realizar cierto tipo de tareas y hasta una notable productividad. Con todo esto, nos damos cuenta de cómo las capacidades cognitivas se refuerzan ofreciendo al receptor una dinámica mucho más atractiva.
Reducción de estrés
Los baños de bosque son buenos contra el estrés. El ritmo de la ciudad, al que está sometido casi el 90% de la población, puede provocar en nosotros comportamientos a los que no estábamos acostumbrados y es por ello que se recomiendan actividades al aire libre o en espacios en los que estemos conectados con el medio ambiente. Sintiendo la naturaleza en nuestra piel, además de encontrarnos con otra parte de nosotros, también podemos dar un giro en la forma en que vivimos. ¿No te parece positivo?
Actitud positiva
La actitud positiva es otro aspecto de nosotros que se trabaja con los paseos al aire libre. Si bien siempre podemos salir de casa a dar una vuelta por el centro, lo cierto es que no hay nada como conectar con la naturaleza, disfrutar de la flora o mirar a las distintas especies de animales que nos rodean y, para esto, es necesario que nos movamos hasta la sierra o cualquier otro entorno que se le parezca. Recuperando nuestro buen estado de ánimo y esas ganas de hacer cosas, seguro que todo nos resulta mucho más fácil.
Refuerzo del sistema inmunitario
¿Sabías que el senderismo ayuda a reducir la producción de cortisol? El detalle de que con estas rutinas podamos reducir el estrés hace que nuestro sistema inmunitario también se vea reforzado y con buena salud para seguir adelante. Apostando siempre por el movimiento y el contacto continuo con la madre naturaleza, nos encontramos ante una actividad que funciona y que sin duda nos hará sentir bien en el futuro. Con estas premisas, ¿quién no querría ponerse en sus manos?
En definitiva, los baños de bosque son una alternativa turística de lo más saludable. Lejos del mundanal ruido que nos envuelve día tras día, podemos apostar por aquello que nos hace feliz, que invita a que conozcamos otra parte de nosotros y nos ofrece completas garantías de bienestar. Hoy, como forma de terapia establecida en casi todo el mundo, parece que no existe lugar en el que no lo podamos practicar. Pensando en una escapada saludable y con mucho que ofrecer, quizás sea lo que necesites para la próxima.