Espardell es como un desierto en medio del mar. Situado en algún punto entre Ibiza y Formentera, a tan solo 4km de la isla Espalmador, damos con un lugar que parece sacado de una película. Con 1.570 metros de longitud, de los que solo 0,48 cuadrados son superficie, este trozo de tierra que emerge por su cuenta hacia el este causa sensación entre los turistas. A pesar de que no se puede visitar, el simple hecho de navegar alrededor de un espacio donde desaparece el tráfico de barcos y yates es una auténtica gozada.
Sumido en una soledad absoluta, el islote sobrevive gracias a la ausencia de actividad humana y es por ello que sus responsables prefieren que sea así mientras siga a flote. De costa acantilada, esta vetado al turismo y el acceso a sus alrededores resulta algo complicado. A lo lejos, solo la pequeña cala de Es Mollet es la que ofrece arropo a esos barcos que llegan perdidos desde cualquier otro punto de Baleares. Con la esperanza de que lo que se lee sobre él no sea cierto, son varios los yates que verás pasar.
¿Qué podemos ver en isla Espardell?
La isla de Espardell no se puede visitar. Cualquier persona que se esté planteando venir hasta aquí debe saber primero que no pondrá un pie sobre su tierra ni tampoco en las piedras. Perfectamente protegido por el ayuntamiento de Formentera (sitio en el que tiene su registro municipal) son muchos los años de lucha para que este sitio siga sin edificaciones ni alteraciones en su superficie. A continuación, os dejamos con las dos únicas construcciones que sobreviven a su desierto:
Faro de Espardell
Situado en la punta norte de la isla, orientado hacia la Sierra de Tramontana, el faro de Espardell parece como abandonado a su suerte. Con cincuenta y tres metros de altitud es una torre de volumen que puede verse a lo lejos pero a la que no se accede. Nido de esas aves que vuelan sobre la superficie de nuestra ínsula, se encuentra perfectamente conservado gracias a las balizas. Los fareros que residen en Botafoch son los que están al tanto de eso que le hace falta a éste. ¡Sin duda está en buenas manos!
Torre de isla Espardell
De la torre de vigilancia no queda apenas nada. En deterioro progresivo, durante algunos años se conservó al menos un metro de altura y parte de esa mampostería con la que había sido construida. Original del siglo XVI, estuvo conectada con la torre de Ses Portes de Ibiza y Sa Torreta en la isla del Espalmador con el fin de defender el paso entre ambas. Hoy, con apenas unos vestigios visibles, se habla de su parte más baja y la posibilidad de que fuese islámica a razón de la época califal.
Fauna autóctona
Si en la albufera des Grau tenemos el águila pescadora o el milano, Espardell es el hábitat de varias aves marinas o especies como la sargantana verde, un reptil al que se le ha podido ver muy contento por las inmediaciones. Alimentándose de los insectos que hay por la zona, el cuidado del ambiente que respira sobre las rocas del islote se hace fundamental para las organizaciones y/o lugareños. Siempre protegida, no importa de dónde sea que venga el turismo puesto que aquí no se deja que pase.