El Palacio de Linares es uno de los edificios más interesantes de Madrid. Declarado Bien de Interés Cultural en 1978, estamos ante un inmueble de estilo neobarroco que atrapa gracias a esas leyendas que giran a su alrededor. Situado entre el paseo de Recoletos y la calle de Alcalá, si estamos de paso por el centro merece la pena que echemos un vistazo a este lugar. De enorme riqueza artística tanto por dentro como por fuera, si vamos con el tiempo suficiente se recomienda la visita a su interior.
Pasando por diferentes manos desde su construcción, el palacio está en pie gracias a José de Murga y Reolid, marqués de Linares que compró un solar de unos tres mil cien metros cuadrados con el fin de hacer una casa para su esposa. Enamorado del desaparecido Palacio de Portugalete, se puso en contacto con su arquitecto para que le trabajase en uno lo más parecido posible. El resultado final fue el majestuoso edificio de cuatro plantas que vemos actualmente frente a la plaza de Cibeles.
¿Cómo es el Palacio de Linares de Madrid?
Formado por cuatro pisos muy bien estructurados, el Palacio de Linares se caracteriza por una fábrica de materiales donde el mármol y las pinturas sobre mitología son los verdaderos protagonistas. Actualmente, como sede de la Casa de América, hace de consorcio público que tiene como objetivo estrechar los lazos entre España y este continente. Con mucho todavía por descubrir, si lo tienes pendiente para tu próxima visita a Madrid, os dejamos con aquello que no te puedes perder:
Semisótano del Palacio de Linares
La visita al palacio comienza en el semisótano. Aquí, además de disfrutar de una proyección audiovisual que nos cuenta un poco de su historia, también vemos las dependencias que antaño pertenecían al servicio. Una pequeña cocina y las habitaciones donde dormían aquellos que trabajaban para los marqueses capta todas las miradas del turista. Tras este paseo nos disponemos a ir a la planta baja, lugar de caballerizas y donde el Salón de la Música se lleva todos los galardones.
Planta Baja
En la planta baja del Palacio de Linares nos encontramos con algunas de sus mejores construcciones. Desde el vestíbulo de la entrada (con suelos de tono exótico) hasta la famosa casita de muñecas que vemos en la fotografía son muchas las vueltas que vamos a dar por aquí. Ésta, colocada dentro del jardín, forma un combinado perfecto de belleza. Aquí además tenemos una escalera que comunica con el Salón de la Música donde Luis XVI ponía sus canciones favoritas.
Primera Planta
La primera planta del palacio estaba dedicada a la vida cotidiana de los marqueses. Aquí, como cualquier otra familia, dormían, comían o se reunían con aquellos a los que invitaban a fiestas. Una sala de billar, el salón de música o la biblioteca nos hablan del ocio al que estaban acostumbrados y esos intereses culturales a los que se entregaban. El despacho del marqués, donde hacía sus gestiones empresariales, también es bastante bonito de ver y nos deja apreciar su faceta más administrativa.
Segunda Planta
Una escalera de mármol Carrara nos lleva hasta «la planta noble». Aquí, cuando el Palacio de Linares estaba en su mayor apogeo, llegaban los invitados con sus carruajes, vestidos de gala y se les veía subir por esta obra de arte conservada en el tiempo. Hoy en este apartado del recinto nos encontramos con el Salón Oriental, un comedor y varias salas de baile. La capilla de influencia bizantina, donde aparecen representados los apóstoles, es uno de los rincones favoritos de las visitas.
Tienda del Palacio de Linares
Como cualquier otro conjunto monumental, el palacio cuenta con una tienda de souvenirs en la que podemos comprar artículos relacionados con el sitio que acabamos de visitar. Aquí, además de solicitar información sobre los grupos guiados o la historia del edificio, también contamos con todo lo que se imagine sobre la residencia de los marqueses de Linares. Desde libros hasta imanes para la nevera pasando por el dvd con la película que proyectan a la entrada, son muchas las cosas que te puedes llevar a casa.
El Palacio de Linares de Madrid puede que no sea el conjunto arquitectónico más popular de la ciudad. Gracias a una truculenta historia de fantasmas cogió un mayor empuje hace solo unos años pero, en lo que artísticamente supone para la capital parece que no ha calado igual. Con una historia del marquesado que no te contarán en ningún otro sitio, si lo que quieres es estar mano a mano con el pasado del edificio, te recomendamos una ruta con guía o plano de las dependencias. ¿Te animas?