El Palacio Real de Madrid es una visita única que no debemos perdernos cuando estemos dando vueltas por la capital. En esta ciudad hay tanto que ver que resulta imposible hacernos un guión completo de todo aquello que merece la pena cuando solo estamos aquí durante un fin de semana. Como atracción turística, este conjunto recibe un promedio de 1,5 millones de visitantes al año lo que quiere decir que siempre habrá alguien interesado con cada uno de los detalles que tiene su interior.
Aunque se vende como la residencia oficial de los Reyes de España, ningún monarca duerme allí desde Alfonso XIII algo que favorece los horarios de visitas pues el espacio está abierto al público todas las temporadas. Actualmente se sigue usando para actos institucionales pero resulta complicado que, en el momento en que digas a entrar, te encuentres con alguno de ellos. ¿Te gustaría saber por qué sigue siendo tan interesante?
¿Qué veremos en el Palacio Real de Madrid?
Accediendo desde la Plaza de la Armería, tendremos la oportunidad de ver las cuarenta salas del Palacio Real de Madrid que hoy están abiertas al público. A pesar de estar formado por casi 3.500, ningún turista ha podido tener ocasión de entrar a más a lo largo de todos estos años. Se ignora si en el algún momento las abrirán pero para muchos con lo que hay, ya resulta difícil de abarcar. A continuación, te dejamos con el interior del conjunto:
Salón de Columnas
El Salón de Columnas es uno de los lugares más importantes del Palacio. Aquí han tenido lugar actos tan representativos como la firma del tratado de adhesión de España a la CEE en 1985 o la abdicación de Juan Carlos I en favor de Felipe VI en 2014 entre otros muchos. En la decoración vemos cuatro lámparas gigantescas, tapices flamencos del siglo XVII y varias esculturas del XVI. Un verdadero placer para los sentidos de quien sabe admirar la belleza arquitectónica del espacio.
Cámara de Carlos III
Conocida también como el Salón de Gasparini (en referencia a su arquitecto) la Cámara de Carlos III es una de las salas más bonitas del edificio. Decorada al estilo rococó y con cuadros de Goya por todas partes nos encontramos con verdaderas obras de arte. A continuación podremos ver el «Tranvía de Carlos III» que es un espacio rectangular donde encontraremos La caza del jabalí y justo después el Salón de Carlos III que guarda su importancia porque fue el rincón donde falleció este monarca en 1788. Un recorrido que sin duda no te puedes perder.
Comedor de Gala
Con una capacidad para hasta 130 comensales, nos encontramos ante una de las salas de mayor impacto. Desde su decoración neobarroca hasta la inmensidad del espacio es una visita que no te dejará indiferente. Desde aquí llegaremos al Patio del Príncipe y podremos entrar por fin, en la Capilla Real. Sorprenden las piezas de orfebrería y nuevamente, la arquitectura con la que está construida.
Sala de la Corona
Como su nombre indica, nos encontramos ante la habitación en la que se exponen la corona, el cetro y el trono real. Realizados en tiempos de Carlos III, también tenemos aquí otros objetos y documentos de importancia para la monarquía y, que si sigues su Historia quizás te interese bastante tener de cerca. Todos los archivos resultan interesantes pero al llegar aquí nos damos cuenta de cuáles son los fundamentales.
Salón del Trono
Estamos en una de las salas más importantes del Palacio Real de Madrid. El Salón del Trono se caracteriza especialmente por mantener la decoración original de 1772. Para llegar aquí, debemos pasar primero por la famosa Saleta Oficial, espacio en el que se toman casi todas las fotografías que los Reyes hacen para medios públicos. Si quieres conocer más a fondo cada uno de los rincones de este edificio sin duda debes pasar por aquí.
Jardines de Sabatini, ¡el broche de un recorrido perfecto!
Una forma fantástica de terminar nuestro paseo por el Palacio Real de Madrid es adentrándonos en los jardines de Sabatini. Ubicados en la fachada norte del edificio y de acceso completamente gratuito, nos encontramos ante uno de los apartados más importantes del conjunto. A pesar de su nombre, no es que fueran pertenencia del arquitecto (o sembrados por él) sino que las antiguas caballerizas; estas sí diseñadas desde su mano, son lo que tiene más cerca y desde hace años se le conoce con ese nombre. Estos jardines incluso, se construyeron durante la II República, en 1930 para ser más exactos.
Ya que estamos fuera del edificio, si nos han gustado los jardines anteriores, también tenemos la oportunidad de ver los Del Campo del Moro estos, aunque no suelen ser de interés turístico para todo el mundo, resultan espectaculares por las dimensiones de las que son dueños. Construidos en la misma época, desde aquí podemos hacernos una idea de cómo es la parte trasera de este fantástico palacio.
Madrid cuenta con un capital patrimonial bastante grande. Aunque siempre se vende como una ciudad de negocios o en la que podemos aspirar a trabajos mucho mejores, lo cierto es que aquí también podemos disfrutar de monumentos, rutas históricas y todo tipo de eventos culturales. No hace mucho hablamos del Templo de Debod, una joya expuesta en medio de la capital que, a pesar de tener una historia de lo más interesante, no todo el mundo tiene en cuenta y sigue sorprendiendo la falta de emoción hacia esta construcción.
Cualquier fin de semana en Madrid puede darte una inyección de cultura aunque solo sea a través del patrimonio que tanto le caracteriza. El volumen turístico con el que cuenta la capital es cada vez más alto pero ciertamente, sorprende que el interés general sean negocios o reuniones de trabajo con todo lo que la capital tanto como sus alrededores tiene para descubrir. Si algún día te animas a ir más allá, te aseguramos que terminarás encantado con la agenda de visitas que te puedes formar solo paseando por el centro. ¿Te vas a quedar sin descubrirlo?