Si Pedraza te robó el corazón desde el primer capítulo de 30 Monedas no puedes perder la oportunidad de venir hasta Patones de Arriba. Con más de treinta mil años de Historia, nos encontramos ante un lugar que sirvió como refugio de los primeros pobladores hasta la época de los romanos. A modo de asentamiento, gracias a los grabados que quedaron como testimonio nos hacemos una idea de cuál era la vida de los habitantes, sus costumbres y relaciones activas con el medio.
Situado en la Sierra Norte de Madrid, a tan solo una hora en coche, desde hace años sirve como escapada de fin de semana para familias, parejas de enamorados o viajeros curiosos que están de paso paso por la capital. Declarado Bien de Interés Cultural desde 1999, ahora somos testigos de cómo el turismo ha crecido a pasos de gigante. Construido a partir de calles empedradas, la arquitectura rural que lo define es uno de sus grandes atractivos. ¿Te gustaría saber más sobre este pueblo de pastores?
¿Qué podemos ver en Patones de Arriba?
Abandonado casi por completo durante la década de los 70, Patones de Arriba cuenta con uno de los patrimonios históricos más ricos de la Sierra Norte de Madrid y la comunidad en general. Ocupada por varias civilizaciones a lo largo de su existencia, desde que se convirtió en una aldea independiente de la villa de Uceda -todo esto durante el reinado de Carlos III- solo con mirar sus casas nos damos cuenta de la importancia que se le da a la tradición en cada uno de sus rincones. A continuación, lo que no te puedes perder:
Plaza del Llano
La plaza del Llano es lo primero que encontramos al llegar al pueblo. Aquí, además de una oficina de turismo en la que podemos coger un plano de la localidad, también está la iglesia de San José, uno de los monumentos imprescindibles. Considerado el centro del vulgo, se recomienda comenzar por aquí cualquiera de los itinerarios que nos hayamos programado. Para los que llegan muy cansados hay un par de bares en los que podemos parar así como puestos de artesanía local en los que comprar pequeños detalles.
Iglesia de San José
Original del siglo XVII, la iglesia de San José es uno de los atractivos de Patones de Arriba. Cargada de Historia, de ella solo se conserva la torre aunque se supo como darle uso al edificio. Reconvertida en la Oficina de Turismo del pueblo, en su interior nos encontramos con una sala de exposiciones y un espacio en el que se proyectan películas. Con una pequeña capilla donde se ve la imagen de la Virgen de las Candelas, son muchas las personas que vienen hasta aquí para admirar dicho homenaje.
Puente de piedra
A primera vista el puente de piedra puede que no nos diga nada pero si observamos lo bien conservado que se mantiene seguro que le encontramos el atractivo que merece. Ubicado en la zona baja, junto a la Fuente Nueva y el lavadero protege el río que durante años ha abastecido al pueblo de agua que se potabilizaba a través de conductos. En este punto también merece la pena visitar los tinados desde los que obtenemos unas vistas únicas de las montañas y el valle.
Viejo lavadero
Junto al puente de piedra nos encontramos con el viejo lavadero, una construcción histórica que tiene su origen siglos atrás. Perfectamente conservado, consta de dos partes muy bien diferenciadas; la que servía para limpiar la ropa sucia y la que teníamos para aclarar. Respetando la tradición, los que residen aquí se encargan de que todo se mantenga casi como el primer día en que se construyó. Junto a él además tenemos la Fuente Nueva, con más de un siglo de Historia y que durante años fue el dispensador del pueblo.
Antiguos hornos
Los hornos de Patones de Arriba son el mejor ejemplo de la arquitectura rural que tanto nos gusta. Cogiendo por la calle Despeñadero, dejando atrás esa en la que nos encontramos con el lavadero y la Fuente Nueva, vemos el que fue el surtidor de pan del pueblo. Con el tiempo y viendo la acogida que tenía para los lugareños se empezó a usar con otros fines: como asador de corderos, cabritos e incluso ha salido de aquí la famosa torta de chicarrones que ponemos de ejemplo en la fotografía.
Zona de las Eras
El fin de nuestro recorrido está en las Eras. Considerada la parte alta del pueblo, desde aquí podemos obtener algunas de las mejores vistas que capte tu teléfono móvil o cámara de fotos. El lugar, que tradicionalmente se destinaba a la trilla, conserva la esencia de aquellos tiempos dando a la zona ese aire de nostalgia que tanto atrapa a los turistas. Sus calles, empedradas en pizarra o caliza, se disponen en bancales haciendo que la panorámica del municipio sea mucho más atractiva. ¿Te asomas?
Como vemos Patones de Arriba es el pueblo perfecto para una escapada de fin de semana. Sin mucho que andar, nos encontramos con tres o cuatro puntos estratégicos en los que parar y hacer nuestras fotografías. Entregando una visión de la Sierra Norte que nos aleja bastante de lo que es Madrid, el centro de la capital o la boca del metro, si queremos dejar atrás esa rutina de ruido, bullicio y ajetreo del día a día puede que esta sea una oportunidad de oro para coger fuerzas en la vuelta al trabajo.