Viajar sola es algo bastante natural. Ya sea porque no tenemos acompañante o simplemente porque nos apetece, nada debe impedir que descubramos un mundo que todavía tiene tanto para ofrecer. Hoy, aprovechando el Día Internacional de la Mujer, queremos dedicar nuestro artículo a esas chicas que se lanzan a la aventura de conocer lugares más allá de su propia ciudad y/o provincia. Contemplando la seguridad en todo momento- especialmente por los tiempos de coronavirus que vivimos- son muchos los sitios que quedan por ver.
Decía Martha Gellhorn, una de las corresponsales de guerra más importantes del siglo XX, que no quería convertirse «en una nota a pie de página en la vida de otro» y fue así como se desligó de Ernest Hemingway para emprender su propia aventura llevándola a conocer los rincones más escondidos de este planeta que habitamos. Exploradora incansable, con los años pasó a ser el mayor referente de esas chicas que viajan solas y disfrutan más que nunca de la estancia en el destino escogido.
¿Cuáles son los beneficios de viajar sola?
Según la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), las mujeres de nuestro país que recorren el mundo sin acompañante supera el 65% desde hace algunos años. Con esta información, y los beneficios que mostraremos a continuación, nos damos cuenta de que viajar sola es, además de una buena idea, algo que hacen ya muchas chicas de nuestra edad. Sin nada que perder y sabiendo lo mucho que nos queda por conocer, os dejamos con una serie de provechos que te harán hacer la maleta:
Escoger el destino
Solo con este primer punto ya nos damos cuenta de lo importante que es viajar con nosotros mismos. Algo tan sencillo como escoger dónde vamos de vacaciones o cuál será nuestra próxima parada no tiene por qué ser un problema. En ocasiones, cuando vamos acompañados surgen disputas con las que no conseguimos ponernos de acuerdo. Ahora solo depende de ti y eres tú la que se tiene que mimar para disfrutar de cada uno de los momentos que te regala esa estancia.
Centradas en el viaje
Al viajar sola nos centramos más en los detalles. Cuando vamos con otra persona, por lo general, también pensamos en su placer y ese bienestar que se supone tiene que producir el viaje. Cada destino es una oportunidad única de descubrir el sitio en el que te encuentras -siempre debemos investigarlo como si no fuésemos a volver- Esto, si no tenemos nadie con quien hablar e incluso discutir, nos ayuda a estar con los cinco sentidos sumidos en ese lugar al que hemos llegado y merece toda nuestra atención.
Crecer como persona
Cuando viajamos solos crecemos como personas. En nuestro entorno diario lo solemos tener todo controlado y esto, a la hora de resolver problemas se nos hace mucho más sencillo pero, cuando salimos de la famosa «zona de confort» la cosa cambia. De repente tenemos que ser resolutivos y buscar la manera de salir adelante en un sitio que no conocemos y donde probablemente ni siquiera hablen nuestro idioma. Esto, que al principio te quitará las ganas de estar allí, te ayudará a saber cuáles son tus límites. ¿Estás dispuesto a ello?
Hacer amigos
Hacer amigos en un viaje te puede dar sorpresas muy gratificantes. De alguna forma conocemos a gente que tiene nuestros mismos intereses o que está deseando explorar otros sitios del planeta. Si vamos solos, por aquello de que a muchos nos gusta algo de compañía, es más sencillo arrimarse a ese que también lo está. Tanto si es de nuestro país como si viene de fuera existe posibilidad de organizar una nueva escapada juntos o que te deje ver su filosofía de vida. ¡No dejes escapar esta oportunidad!
Practicamos otros idiomas
Al viajar sola también practicamos otros idiomas. Estando en otro país tenemos que comunicarnos con las personas que hay a nuestro alrededor aunque sea en un 1% del tiempo. Desde que llegamos en avión o mientras reservamos nuestra estancia en el hotel vamos a tener que intercambiar palabras o frases con quien está al mando. Aquí, por poco que hables con el otro, ya estarás haciendo uso de expresiones que no son tuyas y, aunque te cueste bastante, será necesario que te defiendas con uñas y dientes.
Superar nuestros miedos
¿Te da mucho respeto ir sin nadie a otro país? Todos los que hemos hecho una mochila para irnos fuera de casa sentimos que no vamos a ser capaces en un primer momento pero debemos intentarlo. Cuando no vamos acompañados somos nosotros los que tenemos que afrontar las dificultades y mirar cómo salir de los atropellos que vayan surgiendo. Solo de esta manera tus miedos quedarán enterrados y podrás decir que has dado un paso más en lo que supone conocer el mundo de primera mano. ¿Te atreves?
Como vemos, viajar sola tiene muchas más ventajas que inconvenientes. Cualquiera de nosotras puede aprovechar esta oportunidad para conocerse un poco más a sí misma, vivir experiencias que no ocurrirán en otra parte o darnos a conocer aspectos personales de los que no éramos conscientes hasta que llegamos donde estamos. Con todo a favor, tanto si vas desde Andalucía hasta Barcelona como si prefieres emprender una aventura mucho mayor fuera de u propia frontera, nuestra recomendación es que no lo dudes un segundo.