Manresa es una ciudad a la que podemos hacer escapadas de fin de semana. A tan solo una hora de Barcelona, en ese punto donde los ríos Cardener y Llobregat se unen, nos encontramos con un sitio rico en historia y patrimonio. Su pasado medieval, de gran interés turístico, enamoró al santo Ignacio de Loyola, un hombre que se instaló aquí en 1522 para escribir sus Ejercicios espirituales, una obra clave en el cristianismo. Accesible tanto para nuestro coche como en transporte público, no tendrás ningún problema para entrar.
Situada en la comarca de Bages, arropada por cerros que dejan ver el paisaje urbano entremedio, esta ciudad es un sitio tranquilo al que podemos venir con nuestros hijos o grupo de amigos. Cargada de monumentos históricos y rutas con encanto, si eres de los que les gusta andar o conocer rincones que estén cerca de tu ciudad, este se presenta como el destino perfecto. Terreno clave durante la Edad Media, solo con pasar por sus calles vemos el legado tan importante que esconde bajo las piedras.
¿Qué podemos ver en Manresa?
Con casi 80.000 habitantes censados, Manresa es una ciudad que se mueve bastante bien entre lo que es el entorno tranquilo y la urbe concurrida tanto de día como por las noches. Con mucha fuerza turística, por aquí vemos viajeros de todas partes aunque siempre destacarán aquellos que residen en la provincia de Cataluña. Con bastante para ver, su cercanía con la montaña de Monserrat también la ha convertido en lugar de paso de quien quiere hacer senderismo o darse a la aventura. A continuación, os dejamos con lo imprescindible:
Basílica de la Seu
Nada más llegar a la ciudad nos encontraremos con la basílica de la Seu. La iglesia, que en un principio se iba a bautizar como la catedral de Manresa, se quedó a las puertas cuando el obispo al que habían invitado no se presentó. Hoy, sobre las aguas del Cardener, es el monumento más importante del municipio y uno de los ejemplos del gótico catalán mejor conservados. Sus espectaculares vitrales hacen que el edificio sorprenda por fuera pero dando paso a lo que queda para descubrir por dentro.
La colegiata, que se sostiene sobre lo que antes era una iglesia románica, guarda bastante parecido con la basílica de Santa María del Mar y la catedral de Palma de Mallorca. Todas construidas por el mismo arquitecto, si eres un verdadero fan del gótico seguro que disfrutas la visita. En su interior además tenemos el Retablo del Espíritu Santo de Pere Serra, un pintor que dibujó veintidós pasajes bíblicos en 1394 y los dejó aquí para el deleite de todo fan de este fantástico estilo.
Cueva de San Ignacio
La figura de San Ignacio de Loyola es fundamental en la historia de Manresa. Cansado de su vida militar, abandonó las armas para abrazar la meditación y pedir perdón por todo el daño que había provocado. Refugiado en una especie de abrigo de roca, comenzó a escribir sus Ejercicios espirituales y, lo que en un principio iba a ser estar de paso, se convirtió en una estancia de diez meses. Enamorado de la ciudad, olvidó su intención de llegar hasta el Oriente Próximo -quería peregrinar a Jerusalén- para quedarse en esta montaña de Barcelona.
Actualmente, aunque de la cueva de inicio quede bastante poco, este santuario es uno de los lugares más importantes de la ciudad. Embellecido con el paso de los años, destaca el retablo de alabastro donde tenemos imágenes de la vida que hacía el santo y las cruces grabadas en la pared. En la parte de la iglesia, muy del siglo XIX, tenemos el vestíbulo que reformó Martí Coronas por orden del ayuntamiento. Dejando el espacio de una forma única, consigue que la visita merezca la pena.
Puente Viejo de Manresa
El Puente Viejo de Manresa es la estampa de la ciudad. Con ocho arcos de medio punto establece el cauce del río Cardener ofreciendo además, una perfecta panorámica con la basílica de la Seu y la cueva de San Ignacio. Los botaretes, que van disminuyendo del tamaño conforme a medida que nos alejamos de la imagen, están perfectamente conservados y dan a la formación buena parte de su encanto. Estupendo para cruzar en familia, desde aquí puedes hacer fotografías únicas del paisaje.
Original del siglo XII, algunos historiadores aseguran que el espacio estuvo ocupado por uno romano durante mucho tiempo. El 1939, con motivo de la Guerra Civil Española, quedó completamente destruido pero pasado el conflicto procedieron nuevas obras. A principios de los años sesenta, y sobre los antiguos pilares, se levantó lo que hoy conocemos como Puente Viejo. Los lugareños, cargados de fantasía, dicen ver todavía a San Ignacio paseando descalzo construcción a través pero, ¿qué habrá de cierto en esto?
Plaza Mayor de Manresa
La Plaza Mayor de Manresa es el centro neurálgico de la ciudad. Lugar histórico donde los haya, ha cambiado bastante con el paso del tiempo haciendo de ella lo que vemos actualmente. Asolada por el gran incendio que provocaron las tropas de Felipe V durante la Guerra de Sucesión, poco a poco se fue reconstruyendo a fin de protegerla como parte del patrimonio que hoy se le reconoce. Juan Garrido, encargado de devolver la vida a los edificios que hay en esta zona, fue también responsable del Ayuntamiento.
La ciudad, muy cargada de vida durante el día, tiene en esta plaza el lugar de encuentro que todos quieren. Sus calles, cargadas de terrazas y comercios se llenan de personas que comen fuera o han salido a comprar algún detalle. El turismo, que también se concentra en este punto de casco antiguo, para en sus bares y restaurantes a recargar fuerzas y después va a las zonas monumentales. Aquí, además de las citas o grupos de amigos que salen de sus rutinas, igual se celebran las fiestas locales.
Calle de Balç
Bajando desde la Plaza Mayor nos encontramos con la calle de Balç. Atendiendo al pasado medieval que bautiza la ciudad, pasear por aquí nos hará ver cuáles son los orígenes del pueblo. Perfectamente conservada, a grandes rasgos recuerdas a otros lugares como Peratallada, donde las casas y la Torre del Homenaje hablan de la importancia de este rincón en la Costa Brava. Dominada a mediados del siglo XVI, quedó en manos de varios propietarios que hicieron las bodegas que actualmente vemos.
El centro de interpretación de Manresa, una visita imprescindible dentro de la ciudad, cuenta todo lo que supone este sitio en Cataluña y nos ayuda a profundizar en la Historia del sitio. Con gremios muy diferentes y grupos sociales que han quedado para el recuerdo, compensa ver de cerca todo lo que descubrió Ignacio de Loyola y cuáles fueron las razones de su cambio de pareceres. Abierto los lunes, domingos y festivos de 10:00 de la mañana a 14:00 de la tarde, no podemos perder la oportunidad de pasar por aquí.
Paseo Pere III
Para seguir descubriendo las calles de la ciudad tenemos que venir hasta Paseo Pere III. Barcelona, una provincia que destaca por su arquitectura modernista, tiene en Manresa uno de los sitios donde hay más ejemplos de estas construcciones. La Casa Davant, el Teatro Kursaal o el viejo Casino son algunos de los edificios que tenemos por la zona y una visita que se hace indispensable. El lugar conocido como «la otra Rambla» cuenta además con locales y espacios de ocio que nos encantarán.
El crecimiento que la ciudad tuvo después del apogeo de la industria textil, hizo de ella un sitio a tener en cuenta. Durante la Guerra de la Independencia Española venció a las tropas francesas en el coll del Bruc consiguiendo una fuerza que nadie esperaba. Tiempo después, el Modernismo irrumpió en las calles como respuesta a todo la representación que se estaba ganando en el entorno. Fue así como a finales del siglo XIX y principios del XX llegaron los mejores artistas del movimiento creando sensación.
Murales de Manresa
Una de las cosas que más llama la atención en Manresa son los murales que se dejan ver por toda la ciudad. Atendiendo a esa cultura modernista donde el arte de la calle es uno de los protagonistas, nos encontramos con dibujos cargados de estilo mientras paseamos por la metrópolis. El recorrido, que se concentra especialmente por la zona que va hasta la cueva de San Ignacio, nos hace pensar que estamos en cualquier otro lugar que nada tiene que ver con el sitio que visitamos.
Mano a mano con el estilo que gastan ciudades como Gante, Orgósolo, Bruselas o Glasgow, casi todos los turistas se quedan sorprendidos mirando algo que no esperaban en una ciudad del centro de Cataluña. Muy lejos de la cosmopolita Barcelona, aquí destacan las calles medievales y el estado de conservación que aun guardan sus edificios. Un ejemplo cercano que está metido en España podría ser la Comunidad Valenciana, donde el arte urbano se deja ver en las calles que menos te esperas.
Parque de la Séquia
La belleza de Manresa no se queda solo en su entorno urbano, el parque de la Séquia es un espacio natural que nos devuelve ese interés por las zonas donde el aire libre y el contacto con los insectos son los verdaderos protagonistas. Construido en el siglo XIV, su función principal era transportar el agua que corre por el río Llobregat hasta la ciudad a fin de abastecer a los lugareños. Hoy, aunque el curso sigue siendo el mismo, este bien procede de otros medios que además, la potabilizan.
Espacio lúdico por excelencia, en este parque podemos encontrar personas que hacen picnics en familia, practican deporte o se reúnen para jugar a los juegos de mesa que antes disponían en el bar. La Séquia, gracias a la cantidad de personas que vienen para pasar sus tardes de domingo o incluso un fin de semana entero -para hacer varios itinerarios, no para quedarse a dormir puesto que dentro del sitio no se puede acampar- donde descubren lo que estos veintiséis kilómetros nos quieren decir.
Museo de la técnica de Manresa
La importancia de los canales para Manresa se recoge en el museo de la técnica. Situado en el edificio de los depósitos viejos, nos encontramos con un espacio en el que se almacenaban toneladas de agua a fin de abastecer a la población. La estructura, que se sigue manteniendo casi intacta, no solo sirve para recordar lo que en su día supuso para la ciudad sino que además puedes hacer un recorrido gratuito sobre las instalaciones para que veas lo mucho que se valoran.
De martes a domingo, en horario de 10:00 a 14:00 de la tarde, el museo está abierto al público para que puedan disfrutarlo. Los domingos además, hacia las 11:30 de la mañana, contamos con visitas guiadas que son altamente recomendables. Si bien dicho de esta manera el lugar no parece tan bonito, solo con admirar la conservación que mantiene el edificio ya habremos ganado bastante. En cualquier caso, la historia de cómo una ciudad sobrevivió gracias a los canales, también es digna de conocer.
Como vemos Manresa es una ciudad cargada de cosas para hacer. A pesar de que no es tan grande como otras, tiene lo suficiente como para pasar un fin de semana de ensueño. Perfecta para una escapada de fin de semana, si vives en Barcelona o por sus alrededores quizás sea el momento de coger tu coche y descubrir un lugar como no hay otro en España. Desde la cueva de San Ignacio hasta los murales urbanos que vemos por sus calles, son muchas las cosas que hay por delante, ¿no crees?