Camprodón es el lugar perfecto para una escapada de fin de semana. Situado en Girona, en la comarca de Ripollés, nos encontramos con un lugar con mucho encanto, historia y patrimonio que enamora a los transeúntes. Ideal para pasear durante los meses de verano, sus calles devuelven al turista a la época del medievo pero con la tranquilidad de nuestros días. Próximo a otros municipios de interés, también sirve de puente con esos lugares a los que seguramente solo vengas una vez en la vida.
Con origen en el Monasterio Benedictino de San Pedro, el pueblo recibió numerosos ataques durante buena parte del siglo X. Los franceses que iban de camino a Barcelona, viendo que era un lugar bastante indefenso, saquearon hasta el último rincón de la villa consiguiendo hacerse con el poder en unos meses. Esto, que supuso un importante declive para su economía, pasó a la historia ya en el siglo XX cuando la recuperación social lo declaró destino vacacional de aquellos que vivían por los alrededores.
¿Qué podemos ver en Camprodón?
La recuperación económica de Camprodón está muy ligada a las vacaciones de verano. La alta burguesía, queriendo conocer otros sitios que parecían como abandonados a su suerte, se asentaron en la villa en esos meses en los que el calor apretaba con la idea de refrescarse. Hoy, considerado uno de los sitios más queridos de Cataluña, cuenta con visitas tanto de quien vive por sus alrededores como de otras ciudades de Europa. A continuación, os dejamos con algunos puntos imprescindibles:
Puente nuevo
Construido sobre el río Ter, el puente nuevo es uno de los emblemas del pueblo. Original del siglo XII, formaba parte del antiguo camino antiguo en la ruta hacia Cerdaña, territorio que España cedió a Francia tras el Tratado de los Pirineos de 1659. Construido en piedra, para evitar su deterioro tuvo varias reformas durante los siglos XVI y XVII dejando sobre el material algunas inscripciones que hoy lo recuerdan. Perfectamente conservado, sigue siendo la construcción más antigua que hay en el municipio.
Monasterio de San Pedro
El origen de Camprodón está en el Monasterio de San Pedro. En pie desde el siglo X, fue víctima de varios ataques pero gracias a las reformas hoy lo tenemos como intacto. Wilfredo II de Besalú, encontró una vieja iglesia dedicada al santo y decidió construir un pequeño santuario que coronase al pueblo del que se había enamorado. Con un ábside angular, cuenta también con altares laterales que la hacen mucho más atractivo para su público conservando así el encanto base.
Iglesia de Santa María
A medio tiempo entre el gótico, el románico y parte del barroco, la iglesia de Santa María complementa al Monasterio de San Pedro haciendo como contenedor de aquello que no entra aquí. En su interior, además de los restos de Sant Patllari, también tenemos una exposición permanente donde se guardan artículos de orfebrería religiosa. Considerada una de las parroquias más importantes de Girona, es muy curiosa de ver tanto por dentro como por fuera, ¿a qué esperas para venir?
Ayuntamiento de Camprodón
El ayuntamiento de Camprodón es otro de los edificios importantes del pueblo. Al margen de su carácter administrativo, el edificio presume de ser uno de los ejemplos del gótico catalán que mejor se conservan en Cataluña. La construcción, sobria pero bastante hermosa, se mantiene en perfecto estado de conservación y supone toda una garantía para el municipio. Con un escudo como único elemento ornamental demuestra que no hacen falta muchos abalorios para que un sitio destaque.
Museo de Isaac Albéniz
El compositor Isaac Albéniz es otra personalidad importante en el pueblo. Nacido en 1.860, su amor por la música le llevó a trasladarse hasta Barcelona para estudiar todo lo que pudiese relacionado con este campo. Fallecido en 1909, Camprodón quiso hacerle un homenaje permanente en el que todo el mundo tuviese acceso a documentación, partituras manuscritas y otros objetos del autor que nos haga ver qué tipo de hombre fue. Abierto todos los días menos los festivos, es una visita obligada para cualquier melómano.
Fiesta de Sant Patllari
La importancia que Sant Patllari tiene para este pueblo de Girona no solo está en la iglesia de Santa María. Como patrón del sitio, cada año cuenta con un gran homenaje en el que las calles se llenan de luces y hay actividades lúdicas de todo tipo. Celebrada del 20 al 24 de junio, el ambiente que se deja caer por sus alrededores hace que sea un momento perfecto para la visita. Los mercadillos, donde podremos comprar dulces tradicionales entre otras muchas cosas, también son un reclamo turístico para las fechas.
Como vemos Camprodón es un pueblo que podemos visitar con solo dos o tres días. Recomendado para los meses de verano -especialmente por las bajas temperaturas que hay en invierno- recuerda a otros como Peratallada en el que las calles tienen especial protagonismo. Conservadas como si nada hubiese pasado sobre ellas, invitan a recorrerlas sin prisa mientras admiramos el resto del paisaje. Con un legado medieval que no encontraremos en muchos sitios de Cataluña, no puedes perder la oportunidad de venir hasta aquí.