El Madrid de Valle Inclán sigue estando muy presente en nuestros días. Su figura, una de las más destacadas de la Generación del 98, fue para la capital un motivo de inspiración único. Cafés, una chocolatería y hasta un pequeño callejón forma parte de ese pequeño legado que el artista dejó para una capital que entonces, estaba cargada de conflictos. Hoy, aunque algunos de estos espacios ya son otra cosa, cualquiera que quiera sentirse como en ese tiempo puede venir hasta aquí cargado de nostalgia.
Nacido en Villanueva de Arosa, provincia de Pontevedra, en 1866, Ramón María del Valle Inclán estuvo viviendo mucho tiempo en México. Dejando atrás una carrera de Derecho que nunca terminó y un país que entonces no le convencía, pasados los años regresó a España para instalarse en Madrid y dar rienda suelta a su creatividad. Destacado en cantidad de ramas literarias, pronto se hizo popular en teatros y tertulias consiguiendo un prestigio del que él todavía no era consciente.
¿Cuál es la ruta del Madrid de Valle Inclán?
Rutas por el Madrid de Valle Inclán hay muchas. Dependiendo de por dónde queremos iniciar nuestra visita llegaremos antes hasta unos puntos u otros pero en este artículo hemos querido tomar como base Luces de Bohemia, la novela con la que se inició el género del esperpento y quizás la que llevó al autor a consagrarse como lo que hoy recordamos. Cargada de nostalgia y sentimiento, cualquier amante de la Generación del 98 y de la literatura en general disfrutará al máximo con este paseo por la capital:
Café Gijón
Su pasión por la literatura hizo que Valle Inclán se perdiese por cantidad de locales de la época. De todos, el Café Gijón fue el más frecuentado gracias al tipo de personajes que aquí se reunían. Trabajando como funcionario del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, se podía permitir el lujo de vivir sin publicar ninguna obra y escribir solo cuando le venía la inspiración. Además del que tenemos en la fotografía, también se le veía por Lhardy, El Suizo o El Gato Negro, algunos de sus rincones favoritos.
Casa Ciriaco
¿Recuerdas a Max Estrella? Para los amantes de Luces de Bohemia la Casa Ciriaco debería ser como un pequeño santuario. La Cueva de Zaratrusta, aquella librería en la que el poeta pobre y ciego inició su última noche en la ciudad, estaba inspirada en esta taberna que hoy sigue conservando el aire de aquel tiempo en el que todo parecía mucho mejor. Según la hemeroteca de la capital, este sitio fue testigo del atentado que el anarquista Mateo Morral Roca propició contra Alfonso XVIII y Victoria Eugenia de Battenmberg, algo que conmocionó a toda la comunidad.
Chocolatería de San Ginés
Seguimos con Estrella y esos establecimientos en los que se paraba en su última noche. La chocolatería de San Ginés, situada en una plaza del mismo nombre, es el lugar donde nuestro protagonista se cita con sus coetáneos. Inaugurada en 1894, es uno de los locales con mayor fama de aquella Madrid bohemia que respiraba arte y teatro. La costumbre de tomar chocolate con churros de los espectadores al salir de una obra es lo que la puso en boca de todos entonces y que hoy le da prestigio en el recuerdo.
Casa de Correos
La Casa de Correos es un lugar importante en la vida de Max Estrella. Aquí, en 1890, teníamos el Ministerio de Gobernación, sitio en el que detuvieron a nuestro protagonista en aquella noche en la que todo estaba ya perdido. Hoy, este edificio de la Puerta del Sol cuenta con varias restauraciones y datos históricos de peso tras de sí. Siendo la construcción más antigua de la plaza, cualquier persona que pase por aquí puede identificar el lugar y, si alguna vez ha leído el libro, saber cuál es la acción que ocurrió entonces.
Callejón del Gato
El Barrio de las Letras es un imprescindible para todos los amantes de la literatura que pasan por Madrid. Cargado de magia y de recuerdos, siguiendo con el libro aquí, en la calle Álvarez Gato, nos encontramos con la catedral del esperpento que, gracias a sus espejos cóncavos y convexos muestran una imagen deforme de aquel que se mira en ellos. Volviendo a la hemeroteca de la capital, quedó documentado que aquí tuvo una casa el mayordomo de Isabel la Católica aunque también cuenta con algunas leyendas a su alrededor.
Ateneo de Madrid
Una de las muchas cosas que Valle Inclán hizo en Madrid fue presidir el Ateneo. En 1932, cuatro años antes de su muerte en Santiago de Compostela, estuvo al frente de esta institución cultural privada en la que incluso llegó a vivir un año. Inaugurada en 1835, por aquí han pasado muchos nombres célebres unidos a las letras. Manuel Azaña, Miguel de Unamuno o Gregorio Marañón son algunos de los más representativos. Espacio de prestigio a nivel nacional, también se han dejado ver los seis presidentes de gobierno que ha tenido España.
El Madrid de Valle Inclán como vemos, es una ciudad fascinante que hay que desgranar poco a poco. Si bien existen otras rutas que podemos realizar, lo cierto es que con Luces de Bohemia nos metemos en esa que siempre lo caracterizó. Desde los cafés donde asistía a tertulias o se reunía con artistas de la época hasta esa cafetería en la que perdió un brazo son muchas las paradas que podemos hacer en este recorrido. Al igual que Sevilla cuenta con todos esos sitios que pertenecen a Bécquer, aquí tenemos los del de Villanueva de Arosa.