Considerado uno de los iconos de la Costa Brava, Tossa de Mar es un municipio cargado de Historia, belleza y calas donde nos podemos dar un buen chapuzón. Si bien todos la conocemos por su monumental castillo, en el momento en que profundizamos sobre sus rincones, nos encontramos con un espacio que puede cautivar a los amantes del arte, el entorno natural y muchas otras fantasías.
Cuna de artistas de todos los niveles, Tossa cuenta con cantidad de anécdotas y descubrimientos que algunos viajeros ni siquiera conocen. La villa romana dels Ametllers, que data en el siglo I-IV d.C, es una de las primeras paradas que deberíamos hacer pero muchas veces las pasamos por alto. Recuerda que más allá del mar y la arena que quieres pisar existe un mundo por descubrir.
¿Cuáles son las mejores curiosidades de Tossa de Mar?
Un lugar con Historia se presta mucho mejor a las curiosidades que aquel que no la tiene. Tossa de Mar, que arrastra años de civilizaciones, podría hablar con los ojos cerrados y es que desde las personas que han vivido allí hasta las obras de arte perennes en el tiempo son muchas las cosas que podríamos decir al respecto. A continuación, algunos de los datos más fascinantes:
Raíces romanas
La villa romana dels Ametllers no está allí por casualidad. Descubierta en 1914 ha sido uno de los casones con mayor número de excavaciones. Dedicada al cultivo de la vid y exportación de vino en la antigüedad, sorprende la cantidad de mosaicos que la decoran y cómo sus restos se mantienen para el deleite de esos viajeros que buscan en Tossa algo más que sus bonitas playas.
A pesar de que muchos ignoran este dato si ahondamos en la Historia de sus calles, las supuestas invasiones y el legado artístico que ha quedado en el municipio se nos hace mucho más fácil reconocer cuáles son los puntos en los que el ciudadano romano tuvo especial impacto. Sus villas, perfectas para dar largos paseos con completa tranquilidad, hablan por sí solas. ¡No te las pierdas!
Casa Sans
Lo que hoy es un hotel boutique de Tossa de Mar en su día era el secreto modernista del municipio. Lejos de pensar que solo íbamos a encontrar toques romanos, vemos que este lugar contó con civilizaciones muy diferentes que, a través del arte querían manifestar lo que ésta significaba para sus ojos. Situado en el casco en el centro del casco antiguo resulta ideal para ir caminando sin rumbo y descubriendo cada una de sus callejas.
Una vez más el arte es la forma de expresión más acertada para un municipio del que siempre se habla por su turismo de playa y el atractivo de la costa. Solo con dar un pequeño paseo por el casco viejo del centro nos damos cuenta de que aquí, tanto para los meses de verano como los de invierno, tenemos mucho de lo que disfrutar y recomendar al resto del mundo. ¿Serás el siguiente en pegarte la escapada?
Barbarroja quiso conquistar Tossa de Mar
Los ataques de piratas al islote eran continuos. El recinto amurallado que vemos desde la costa no es más que la forma de defender un espacio que siempre perteneció al pueblo. Barbarroja, intrépido como pocos, quiso penetrar aquí para quedarse con todo lo que había entonces. La unidad social y una estrategia pobre aunque bastante efectiva fueron la clave del éxito y el motivo por el que hoy seguimos disfrutando de ella.
Los cañones apuntando al mar y las torres de vigilancia que tenemos repartidas por todo el espacio es el mejor ejemplo de cómo se defendía el pueblo de aquellas tropas. Hoy, como un elemento más de la superficie, podemos admirar su Historia desde el casco antiguo o en cualquier terraza de bar que tengamos abierta. Si eres de los que gusta del origen de las cosas, ¿a qué esperas para descubrir esto?
El agujero del demonio
Tossa de Mar está lleno de puntos sobre los que podemos contar una pequeña historia. El agujero del demonio, una entrada que a menudo se ha tomado como salida, es un pequeño hoyo por el que nos podemos meter y descubrir la otra parte de la villa -que además es la más alta de todas- Desde aquí además, justo antes de entrar por ese hueco oscuro, podemos contemplar la inmensidad del mar.
El agujero del demonio, característico del municipio, también nos lleva hasta la cala Codolar, una pequeña playa de pescadores sin turismo alguno ubicada entre acantilados y que nos enseña lo salvaje de la naturaleza. Si quieres ver un espacio salado diferente o gustas de bañarte sin demasiada gente alrededor puede que ésta sea tu oportunidad en lo que una vez fue el capricho de Barbarroja.
El culto a Ava Gardner
¡No solo de Barbarroja vive Tossa de Mar! En 1951 el encanto de este rincón pesquero se convirtió en escenario de cine y varias fueron las estrellas que pasearon por sus barrios. Ava Gardner, musa indiscutible de Hollywood por aquel entonces, rodó aquí Pandora y el holandés errante y, casi sin quererlo, se convirtió en el centro del recinto. De la noche a la mañana nos encontrábamos en una costa de turistas donde antes solo había lugareños.
El asombro que causó tener a una estrella de cine pisando este suelo se plasmó en forma de estatua de bronce a tamaño natural. Actualmente, y desde entonces, todas las personas que visitan el municipio suben hasta la cima para hacerse una fotografía con la escultura a Ava y recordar los celos que provocó a Frank Sinatra, su prometido, cuando su supuesto romance con Mario Cabré salió a la luz.
Cuna de artistas
Tossa de Mar también fue la cuna perfecta para artistas de todos los estilos. Según las fuentes, durante los años 30 acogió una ola bohemia de pintores europeos. Georges Bataille, Francis Picabia, André Masson y Marc Chagall en especial pasearon por estas calles buscando inspiración o cualquier otra cosa que les volcase a sentir lo que muchos otros ya habían experimentado.
El Museo Municipal de Tossa, a pesar de que no es el más conocido del país, fue el primero en exponer obras de artistas extranjeros. La generosidad de aquella ola de pintores capitaneada por Chagall es lo que consiguió que ahora tengamos un sorprendente legado del que disfrutar. Corría el año 1935 y por aquel entonces nadie sabía lo mucho que iba a suponer aquel regalo para el municipio. ¿Vienes a verlo?
La cúspide en el faro
Las mejores vistas de Tossa de Mar se dan desde el faro que está en las alturas. Construido sobre las ruinas de un castillo que ya no está, su inauguración tuvo lugar en 1919 y hasta la fecha, además de desempeñar las funciones habituales de un faro, también está establecida como la cede del Centro de Interpretación de Faros del Mediterráneo y es que, con la importancia que tienen éstos en la actividad marina, debemos contar con opciones profesionales.
Cuando hablamos de cúspide respecto al faro no quiere decir que tengamos que subir los escalones de la isla de Titop en la Bahía de Halong (cuatrocientos dos son en total) pero sí que debemos estar descansados para lanzarnos hacia la aventura. Si bien las vistas son espectaculares desde aquí, es bueno que nos lo tomemos con calma pues la sofocación así como la falta de ejercicio puede pasarnos factura.
Gastronomía de alta mar
Con un título como gastronomía de alta mar lo primero que se nos viene a la cabeza son esos platos de categoría que solo está hecho para el paladar (y el bolsillo) de unos pocos. Cim i Tomba, algo que viene a decir «menear la cazuela hacia arriba y hacia abajo» es un guiso típico de Tossa de Mar. Elaborado con pescado, lejos de pensar en algo de lujo, nos encontramos ante una «comida de pobres»
Durante años los marineros de alta mar se alimentaron de esto. Cuando salían a hacer sus jornadas de semanas y meses el hambre hacía estragos y, a fin de continuar con el cometido de la pesca, cogían aquellos pedazos podridos que no servían para la venta pero que igualmente «todavía se podían comer». Hoy, servido en restaurantes de lujo, este manjar ha llegado a la boca de viajeros de todo el mundo. ¿Lo probaste tú ya?
La Torre de las Horas
El castillo de Tossa de Mar perdería parte de su significado si no contase con la famosa Torre de las Horas. Original de 1187, el cuidado con el que se ha tratado así como la perfección con la que fue diseñada consiguen que cuando uno la admira desde cerca vuelva atrás en el tiempo. Acompañada de un portal dovelado, podemos entrar y salir de sus inmediaciones para observar la forma en la que juega con las líneas de piedra.
En la muralla, cuyo interior contiene las ruinas de la iglesia gótica de Sant Vicenç, también hay otras torres de interés y con significados históricos en cada una de ellas pero, cuando llegamos hasta la de las Horas nuestra percepción del conjunto cambia por completo. Hoy, a pesar de que en la parte baja cuenta con un restaurante para el turismo, sigue siendo el perfecto reclamo artístico del municipio.
Tossa de Mar a través de la montaña
Aunque al mirar hacia Tossa pensamos en los acantilados, el municipio está situado en lo alto de una montaña. Desde sus cimientos, abrigado por la cordillera de Cadiretes, son muchas las rutas y senderos por los que podemos ver y admirar la naturaleza de la que está compuesto. Sus vestigios, antiguos como pocos tenemos en el norte de España, llaman a los aficionados a la Historia porque aquí se encuentran los antepasados.
Promotor del medio ambiente y con una cultura forestal bastante interesante, venir hasta Tossa no es solo bañarnos en playas que parecen infinitas o pasear por las torres de la muralla. Si te gusta el deporte de montaña o quieres aprender cosas nuevas, éste puede ser el destino que llevas tiempo buscando. Quien ha llegado hasta la cúspide, valorando lo que ha vivido desde aquí, recomienda al menos una visita.
¿Dónde podemos dormir en Tossa de Mar?
Con todo lo que sabemos ahora sobre Tossa de Mar a más de uno le habrán entrado ganas de pasar aquí sus vacaciones de verano. Con la posibilidad de disfrutar playa y montaña a partes iguales, son muchas las opciones de diversión y descanso que se nos presentan. Llegados a este punto, si tú eres de los que está contando los días para librar en el trabajo, también pensarás en dónde vas a dormir.
Los apartamentos turísticos, haciendo sombra a las habitaciones de hotel, se venden como la opción perfecta para que podamos pasar unos días fuera de nuestro hogar sin ninguna preocupación. Con libertad horaria y la comodidad que se espera de una casa particular, en España ha subido considerablemente el volumen de reservas (también de compras de inmuebles) en estos establecimientos estacionales.
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