Disfrutar de unas vacaciones en Menorca puede ser la mejor opción que tengas para esta primavera. Con una Semana Santa que tiene todo frenado por segunda vez, vivir en esta isla de Baleares es todo un acierto y es que son muchas las cosas que hay para disfrutar en nuestro terreno incluso en tiempos que se nos están haciendo tan difíciles. Declarada Reserva de Biosfera desde 1993, además de esas playas paradisíacas que vemos en las fotografías, también contamos con varias joyas arquitectónicas y una gastronomía muy singular.
Esta zona costera, bastante más sencillas que Ibiza o Mallorca, cuenta con una extensión de casi 705 km comprendiendo varios puntos de interés a nivel histórico, cultural o de Patrimonio. La isla, incluida en la lista de sitios de The New York Times para ver del año pasado, tiene todo lo que nos hace falta para pasar unos días con nuestra pareja, en familia o ese grupo de amigos con el que siempre te reúnes. Con todo un mundo por delante para descubrir, solo tienes que mirar en el calendario tus días libres para acercarte hasta la orilla.
¿Por qué tenemos que pasar unas vacaciones en Menorca?
Solo mirando las playas ya tenemos una razón más que justificada para pasar unas vacaciones en Menorca. Sus aguas turquesa, las puestas de sol y la tranquilidad de saber que no habrá tanto gentío como en las islas vecinas, la convierten en el capricho de turistas pero también en la suerte de aquellos que viven por sus alrededores. En cualquier caso, el rincón más salvaje de Baleares tiene mucho más que esos chiringuitos en los que te tomas una cerveza en bañador o calas sin nombre. A continuación, te dejamos con algunos de sus puntos fuertes:
Sol durante todo el año
Al igual que si nos vamos de vacaciones a la Costa Brava, el clima que tenemos en Menorca es de sol durante todo el año. Con temperaturas que vienen manteniéndose independientemente a la temporada se hace bastante sencillo estar a la orilla de la playa en primavera, durante los meses de verano e incluso para dar paseos en invierno. Con esto, tanto si quieres andar por el centro de la ciudad como si lo que buscas es apartarte a ese rincón de la cala que más te gusta, contarás con el intermedio perfecto.
Callejear por Ciutadella
Ciutadella es la antigua capital de la isla. Monumental de los pies a la cabeza, destaca la catedral gótica que vemos en su casco antiguo así como casas que están construidas completamente en piedra. El Paseo de Mol, para aquellos que solo buscan estar tranquilos en estos días es perfecto a la hora de un bonito atardecer o simplemente con el fin de caminar en pareja. Por otro lado, en el mercado del Peix disfrutarás de lo mejor de la gastronomía de la isla gracias a su variedad de puestos.
Playas de ensueño
Si en la Costa Brava contamos con zonas de mar difíciles de olvidar, el agua de Menorca es casi como una fantasía. Cientos de miles de turistas llegan cada año atraídos por esa arena blanca y el tono turquesa de una manera que casi no se nota al pasar. Desde Macarelleta que es la que tenemos en la fotografía a otras como Mitjana o Turqueta, damos con una buena colección de calas en las que podemos pasar el día bañándonos, haciendo rutas o simplemente dejando el tiempo pasar sobre la arena.
Conocer los faros de Menorca
Repartidos por la isla encontramos varios faros que merecen la pena descubrir. Funcionando durante años para que los barcos que estaban a la deriva en el agua no se perdieran, hoy algunos no son más que un elemento arquitectónico que embellece el enclave en el que está situado haciendo del espacio algo mucho más hermoso. Cavallería, Favaritx, Artrutx o Punta Nati son los más famosos y hacia los que hay incluso rutas guiadas donde podemos averiguar buena parte de su historia.
Yacimientos arqueológicos
La isla de Menorca, que ha sido habitada por civilizaciones muy diferentes a lo largo de su historia, cuenta con una colección de huellas arqueológicas que no podemos pasar por alto. Con unos cuatro mil años de antigüedad, en nuestro paseo encontraremos navetas, poblados, necrópolis, santuarios y hasta hipogeos funerarios como el que vemos en la fotografía de ejemplo. Hasta treinta y dos yacimientos talayóticos estuvieron jugándose el papel de candidato como Patrimonio de la Humanidad. ¿No te apetece conocerlos todos?
Turismo de compras
Los mercadillos de Baleares son populares en todo el mundo. Si en la ciudad de Alcudia te quedaste sin palabras por todo lo que se podía comprar allí, la isla vecina cuenta con los quesos de Mahón y las menorquinas. El primero, producto de denominación de origen, es uno de los lujos gastronómicos que tenemos en la isla mientras que el segundo, unas zapatillas que a priori podrían no decirte nada, son el calzado tradicional de la zona y un elemento que se cotiza bastante por allí. ¡No te quedes sin ellos!
Albufera des Grau
El Parque Natural de la Albufera des Grau es uno de los grandes tesoros de la isla. Con una extensión de más de 5.000 hectáreas, nos encontramos ante un entorno en el que confluyen cientos de especies de animales y vegetales. Las aves acuáticas, que son las que ganan en número, crean una verdadera expectación en aquellos turistas que se animan con un sitio en el archipiélago que va más allá de sus playas. Ideal para hacer fotografías y sentir ese aire puro que todavía corre por el archipiélago.
Como ves, hay muchas posibilidades con nuestras vacaciones en Menorca. Puede que la crisis del covid-19 siga cerrando fronteras y limitando planes que teníamos programados desde hace años pero, viviendo en una isla como la presente, siempre tenemos la oportunidad de descubrir cosas nuevas y sentirnos plenamente libres. Con todo a nuestro favor, mejor no negarnos la oportunidad de descubrir más sobre el sitio en el que residimos y del que seguramente saquemos mucho provecho.