Si la semana pasada recorríamos el Joan Miró, ahora es el parque del Retiro de Madrid el que acapara todas las miradas. Perfecto para las mañanas de domingo en cualquier época del año, son muchas las parejas o grupos de amigos que se dejan ver por sus alrededores. Situado próximo a la Plaza de la Independencia, también se puede acceder al mismo por la calle de Alcalá, la calle O Donnell o la Avenida de Menéndez y Pelayo gracias a sus casi ciento dieciocho hectáreas de extensión.
Abierto al público desde 1869, en un principio se construyó como parque de palacio con uso exclusivo para el rey Felipe IV pero más tarde, en la época de Carlos III, se registró como entorno urbano hasta que finalmente pasó a manos del ayuntamiento de Madrid. Considerado el pulmón de la capital, sus zonas verdes son un reclamo para todos aquellos que gustan de un entorno natural. Con cientos de rincones para ver y todo tipo de actividades con las que divertirse, ¿quién se podría resistir a venir?
¿Qué podemos ver en el parque del Retiro de Madrid?
Declarado Bien de Interés Cultural por su carácter histórico, el parque del Retiro de Madrid es uno de los puntos de encuentro más importantes de la ciudad, así como una forma de escapar del ruido o el bullicio del centro. Perfectamente conservado, su belleza y calidad artística ha hecho que muchos turistas se sientan atraídos por él. Con teatros de títeres improvisados, actuaciones al aire libre o las exposiciones temporales en el Palacio de Cristal, en este lugar no te podrás aburrir. A continuación, lo que no te puedes perder:
Estanque Grande
Si entramos por la Puerta de Alcalá el estanque artificial será lo primero que veamos. Original del siglo XVII, es una de las pocas edificaciones que se conservan del complejo arquitectónico inicial. Diseñado por Cristóbal de Aguilera entre 1634 y 1636, actualmente sirve como lugar de competición de remo, piragüismo o travesías a nado. A nivel urbano, sus aguas también sirven para dar paseos en barca o sentarse tranquilamente a observar esos pequeños habitantes del lago: carpas o peces gato son los más reconocidos.
Cabe destacar que los usos del estanque han cambiado con el tiempo. Anteriormente se usaban para espectáculos -combates navales y paseos en góndolas eran los grandes favoritos- y también se sabe que tuvo fin pesquero. Los lugareños, aprovechando que el parque se había convertido en un espacio urbano muy lejos de las pertenencias del rey Felipe IV, quisieron sacar el mayor provecho a sus inmediaciones y fue por eso que le buscaron todas las utilidades posibles.
Palacio de Cristal
Construido en 1887 con motivo de la Exposición de las Islas Filipinas, el Palacio de Cristal es una de las construcciones más importantes del parque del Retiro de Madrid. Diseñado por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, destaca por su estructura metálica que, combinada el cristal, lo ha hecho uno de los mejores ejemplos de esta técnica en España. Hoy, a manos del museo Reina Sofía, sirve como sala de exposiciones donde el arte contemporáneo es uno de los mayores protagonistas.
El entorno en el que se encuentra este edificio es otro de los grandes atractivos del conjunto. Envuelto en diferentes tipos de árboles donde los castaños de Indias y los grandes cipreses sobresalen en número, el cristal le da un ambiente luminoso y abierto que invita a entrar. Junto a un pequeño estanque artificial -que nada tiene que ver con el anterior- además de la arboleda tenemos una gran variedad de tortugas y galápagos que encontraron su hábitat aquí movidos por la dejadez del ser humano.
Monumento a Alfonso XII
Diseñado por José Grases Riera, el Monumento a Alfonso XII es otro de los reclamos del Parque del Retiro de Madrid. Situado en el Estanque Grande, el espejo de agua que se forma a sus pies cuando hacemos una buena fotografía pierde a los turistas. La obra, iniciada en 1902, tardó más de veinte años en desarrollarse debido a la precisión que se quería en cada una de sus figuras. Inspirado en el desaparecido Monumento a Guillermo I de Berlín, sigue siendo una de las creaciones más bonitas de la capital.
La captura de una imagen de postal es lo que todos buscan en esta parte del parque. La estatua a caballo de «El Pacificador» que ponemos de ejemplo en la fotografía, la esculpió Mariano Benlliure, un valenciano que se enamoró de Madrid y fue considerado el último gran maestro del realismo en España y buena parte de Europa. El Estanque Grande, que invita a hacer camping los domingos por la tarde, es bastante habitual ver grupos de teatro al aire libre o chicos tocando los timbales.
Fuente de los Galápagos
También conocida como la fuente de Isabel II, este hontanar es uno de los monumentos favoritos del parque. Inaugurada en 1832, sobre ella se alza una columna con forma de palmera que sujeta el surtidor de mayor tamaño. En la parte de abajo destacan las figuras de niños jugando con delfines donde también vemos otros cuatro ojos de agua pero esta vez con los galápagos y las ranas como protagonistas. Siendo lo primero que vemos al entrar por la Puerta de la Independencia, lo habitual es que esté bastante concurrida.
El primer emplazamiento de la fuente de los Galápagos estuvo en Gran Vía. La construcción, que se usaba para abastecer de agua al pueblo, fue uno de los grandes logros de Francisco Javier de Mariátegui, arquitecto que se encargó de su diseño. La obra, aunque tenía un funcionamiento práctico, igual se utilizaba para algunos actos conmemorativos relacionados con Isabel II y su reinado. Con el paso del tiempo, en 1879, el conjunto se trasladó al famoso Parque del Retiro de Madrid después de que se instalaran los canales.
El Parterre
Si entramos por la puerta de Felipe IV lo primero que vamos a ver es el Parterre. De origen francés, fue construido en la época de Felipe V gracias a la mano de Francisco Viet, jardinero mayor que ya se encargaba de los Jardines del Campo del Moro y que había causado muy buena sensación en la corte del rey de entonces. Una vez que el terreno quedó completamente remodelado, también se alzó el actual muro de contención, un mirador y varias fuentes a su alrededor.
Lugar del Jardín de las Ocho Calles antes de la invasión francesa -que posteriormente quedó anexado al que aquí hemos descrito- el Parterre francés es uno de los rincones más bonitos del Parque del Retiro. Perfecto para pasar la tarde de domingo en familia, nos encontramos ante un espacio donde hay cantidad de vegetación y flores que no verás en otro sitio. El ciprés calvo, llamado así en Madrid al perder las hojas durante el invierno, es uno de los mejores ejemplos. ¿Te animas a conocerlo?
Fuente de la Alcachofa
Al salir del Parterre francés podemos pasarnos por la fuente de la Alcachofa. Sin gozar de la popularidad que tiene la de los Galápagos, lo cierto es que estamos ante el hontanar más antiguo del Parque del Retiro de Madrid. Construida en 1781, durante el reinado de Carlos III, cuenta con una elegancia bastante particular y sigue en perfecto estado. Diseñada por el arquitecto Ventura Rodríguez, destacan las figuras de los dioses marinos y los efectos del agua grabados en la piedra como parte del Barroco.
La fuente de la Alcachofa cuenta con una réplica de bronce en la plaza emperador Carlos V de Madrid. En 1986, como parte del plan de remodelación del centro de la capital, se instaló el monumento a fin de embellecer esta parte de la ciudad. Si bien todo el mundo piensa que es un calco exacto de la anterior, además de los materiales empleados, su rasgo diferenciador es la base sobre la que se asienta. El conjunto, mucho más bonito cuando lo vemos en el parque, es otra buena razón para nuestra visita al Retiro.
Casa de las Fieras
La Casa de las Fieras es la «parte abandonada» del parque. A modo de reliquia nos encontramos con el foso de los mandriles que vemos en la fotografía donde además, hay varios animales grabados. Aquí, donde ahora disfrutamos de los Jardines del Arquitecto Herrero Palacios, había una colección enorme de especies muy diferentes: tigres, leones, pumas, monos y hasta un elefante que el gobernador de Filipinas regaló a la Comunidad de Madrid cuando este sitio gozaba de su mayor apogeo.
Junto a las ruinas del foso de los mandriles también tenemos La Leonera; un edificio de dos plantas que en su momento se usó para contener las jaulas con los animales más peligrosos. Desde 2013 es la biblioteca pública municipal Eugenio Trías, un sitio en el que podemos sentarnos a descansar, leer o estudiar mientras contemplamos la belleza del Parque del Retiro de Madrid. En cualquier caso, también sirve como monumento cultural gracias a que se conserva buena parte de su estructura inicial, algo que cautiva a los turistas.
Monumento del Ángel Caído
El monumento del Ángel Caído es una de las joyas del Retiro. Inspirado para muchos en el Canto I de «El paraíso perdido» de John Milton, supone un reclamo turístico de altura gracias a la figura de Lucifer. Diseñado por Ricardo Bellver en 1885, la escultura fue una de las más significativas de la época provocando todo tipo de comentarios y polémicas. En un primer momento estaba donde la ermita de San Antonio de los Portugueses de la época de los Austrias pero todo terminó con la Guerra de la Independencia.
En 1877, con idea de hacer honor a la figura, Francisco Jareño le construyó el pedestal en el que la vemos actualmente. Conviene echar un vistazo a su base en la que vemos a los pequeños diablos con lagartos en las manos, sierpes o delfines, todos ellos diferentes y siempre dependiendo de al que te quedes mirando fijamente. Son muchos los turistas que quieren ver solo esta parte del parque así que nuestra recomendación es entrar por la Puerta de Granada que es la que te lleva directo al monumento.
Rosaleda de San Cecilio Rodríguez
Al lado de la fuente del Ángel Caído tenemos la Rosaleda de San Cecilio Rodríguez. Dedicada al jardinero mayor del parque, nos encontramos con un conjunto de plantas y flores perfectamente conservado. Sin que podamos compararla con el Parterre francés, lo cierto es que cuenta con una simetría que te dejará sin palabras. Diseñado en 1915, siguiendo la moda de los grandes jardines europeos, tras la Guerra Civil se plantaron unos cuatro mil rosales y actualmente es el punto con mayor número de este arbusto espinoso que verás en la ciudad.
A pesar de que es uno de los rosales más importantes de Madrid, el hecho de que no se construyese como una exposición hizo que el ayuntamiento pusiese en marcha la Rosaleda del Parque Oeste, donde cada mes de mayo se hace el popular Concurso de las Rosas, una competición que hace del cuidado de las plantas una labor privilegiada. Inaugurado en 1956, si estás por la capital algunos días y te gustan los jardines puede que sea una gran oportunidad de ver otro lugar repleto de vida.
Iglesia de San Isidoro de Ávila
La iglesia de San Isidoro de Ávila, también conocida como la ermita de San Pelayo, es otra de las ruinas que encontramos en el parque del Retiro de Madrid y que, al igual que la Casa de las Fieras, capta la atención de todos los turistas. Original del siglo XI, se llama así a razón del trayecto que el santo hizo desde Sevilla hasta León cuyo cadáver iba a reposar en las afueras. El santuario, ubicado en los extramuros de la provincia, esperaba el cuerpo de aquel que estuvo toda su vida pregonando por la paz.
Convertida en parroquia en 1258, su culto acabaría con la construcción de la catedral. En estado de abandono durante siglos, en 1884 sus ruinas se colocaron en Madrid gracias a Antonio Cánovas del Castillo; un hombre que durante su mandato quiso embellecer la capital de España. En un principio los restos estaban destinados al jardín del Museo Arqueológico Nacional pero con el voto contrario de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, el conjunto pasó a manos del ayuntamiento y desde aquí, en 1896, al Retiro el 9 de marzo de ese mismo año.
Salón de los Reinos
La representación más auténtica del parque se encuentra en el Salón de los Reinos. Construido entre 1630 y 1635, albergaba las mejores pinturas así como los escudos de los veinticuatro reinos que ha tenido la Monarquía de España. Hoy, bajo la gestión administrativa del Museo del Prado, es el único edificio -junto con el Casón del Buen Retiro– que queda del famoso conjunto palacial. Restaurado en varias ocasiones por el deterioro que le dejó la guerra, son muchos los aficionados de la Historia que se acercan a verlo.
Actualmente en obras gracias al proyecto de remodelación que se aprobó en 2015, el edificio pretende abrir sus puertas este mismo año. A pesar de que su dirección aseguraba que para 2019 todo habría terminado, los retrasos, falta de acuerdos y el traspaso de papeles ha hecho que se retrase más de lo esperado por el ayuntamiento. Esto, que solo provoca mucha más expectación con su apertura, supone que pronto tendremos otro lugar para todas esas exposiciones que están por venir.
Fuente egipcia
La conexión que Madrid tiene con Egipto no se queda solo en el famoso Templo de Debod. Conocida también como la del Dios Canopo, en el parque del Buen Retiro nos encontramos con una fuente que alude a esta cultura milenaria que tanto nos gusta. El rey Fernando VII, viendo cómo esta zona había quedado destruida tras la Guerra de la Independencia (1808-1814) pidió al arquitecto Isidro González Velázquez que decorase el Gran Estanque de una forma diferente al resto.
El apogeo que en aquel entonces había con el país africano hizo que el constructor lo tomara de base para ese toque que le pedía el monarca. La obra, que costó más de lo esperado, no destaca por su belleza pero sí por el detalle de ver un monumento que está relacionado con otra cultura en el centro de Madrid y, sin conocer la historia, no saber por qué se encuentra ahí. Adornada con dos esfinges, durante un tiempo también tuvo una escultura de Osiris que se perdió con el desgaste.
Palacio de Velázquez
El Palacio de Velázquez es otro de los monumentos que tenemos dentro del parque. Construido entre los años 1881 y 1883, con motivo de la Exposición Nacional de Minería. Inspirado en el Crystal Palace de Londres, nos encontramos con un edificio compuesto por bóvedas de hierro y láminas que dejan que el paso de la luz penetre en su interior. Con varias remodelaciones, después de la importante colección que se mostró a los madrileños, quedó en manos del Ministerio de Cultura que hoy lo usa como sala eventual.
Abierto al público desde 2010 después de cinco años cerrado para su remodelación, actualmente sigue siendo un centro de exposición que gusta a los que residen en la ciudad. Con colecciones tan variopintas como la obra de Antoni Miralda o la mítica de Filipinas -celebrada en 1887-, el edificio también sorprende por fuera gracias al cuidado que se le ha demostrado durante todos estos años. Perfecto para venir en familia, con niños pequeños o uno solo cuando quiere conocer algo más, sigue en funcionamiento a pesar del paso del tiempo.
Estanque de las Campanillas
El estanque de las Campanillas es uno de los elementos más antiguos del parque del Retiro de Madrid. Como un islote clavado en el lago, a primera vista puede que no tenga mucho sentido pero si nos adentramos en su historia sí que sabremos el por qué del interés. Construido en el siglo XVII, cuando reinaba Felipe IV, originalmente estaba rodeado por jardines con flores de todos los colores por los que paseaba el monarca con su familia y protegido por la corte.
Tras varias reformas, de donde destacamos la del siglo XIX que fue cuando se le colocó un templete con campanillas, lo que queda es lo que ahora vemos cuando venimos a dar un paseo. Con todo el estanque cercado por una barandilla de hierro, parece que el conjunto no tenga nada que ver con lo que fue su original pero, gracias al cartel explicativo que tenemos justo al lado de los barrotes, podremos entender un poco mejor cuál era su sentido y la necesidad de seguir manteniéndolo.
Como vemos, el parque del Retiro de Madrid es una buena manera de pasar la tarde de un fin de semana. Cargado de cosas para ver y de actividades con las que echar el rato, si nunca has estado aquí o simplemente no le prestaste la atención que merecía puede ser un buen momento para retomar las ganas de descubrirlo. Tanto si vives en la capital como si estás de paso, no puedes dejar pasar la oportunidad de pasear o ver alguno de los conciertos al aire libre que aquí se celebran. ¡Te sorprenderá!