Viajar a Sitges es hacerlo a una de las ciudades con mayor embrujo de Barcelona. Situada al sudoeste de la capital, rodeada por el montañoso parque natural del Garraf, nos encontramos con un lugar que tiene años de Historia pero que, con el paso del tiempo, se fue convirtiendo en ese sitio que invita a la fiesta y donde la noche no parece tener fin. Sus playas mediterráneas, acompañadas de un paseo marítimo en el que se ven grandes mansiones, son una respuesta a la evolución que ha venido teniendo esta urbe.
Escenario del Festival Internacional de Cine Fantástico desde hace años, la ciudad no ha hecho más que ganar prestigio logrando un turismo rico y muy interesado por el arte. Ante esto, interesa destacar que este antiguo pueblo de pescadores es un referente absoluto del modernismo catalán y solo dando un paseo por su casco viejo nos damos cuenta de la importancia que supone. La cantidad de actividades e Historia que encierra el conjunto sumada con su clima tenue durante la mayor parte del tiempo es lo que la destaca por encima del resto.
¿Qué podemos ver en Sitges?
Solo con pasar un fin de semana descubriendo sus playas ya tenemos razón de más para venir a Sitges pero, ¿qué más podemos encontrar en este viejo pueblo con encanto? Gracias a la remodelación de sus calles y al continuo contraste entre lo clásico y lo moderno, cualquiera que quiera pasar unas buenas vacaciones tiene en este sitio su perfecto lugar. La ciudad, que no conoce parón desde que se levanta hasta que se acuesta, cuenta cientos de cosas todos los días:
Parroquia de San Bartolomé y Santa Tecla
Situada sobre una pequeña colina con vistas al paseo marítimo, la parroquia de la San Bartolomé y Santa Tecla es una de las paradas que todos los turistas hacen en la ciudad. Su fachada con dos campanarios hace de esta iglesia barroca del siglo XVII sea uno de los auténticos referentes en el estilo que la define. Con numerosas remodelaciones desde su construcción, sorprende con un interior de retablos renacentistas, dos sepulcros góticos y ese órgano que se mantiene en pie contra todo pronóstico.
Palau de Maricel
Construido entre 1913 y 1916, el Palau de Maricel es otro de los monumentos que tenemos que ver. Con un estilo novecentista y arquitectura de varios sitios de España esta obra financiada por el millonario estadounidense Charles Deering, cuyo proyecto era convertir las viejas casas de pescadores en un museo de arte y el hospital en un centro residencial, es uno de los edificios más emblemáticos que vamos a conocer en nuestro paseo por Sitges y todo lo que representa para su Historia.
Casco antiguo
Al igual que ocurre con otros sitios como Cadaqués, el casco antiguo es un lugar ideal para contemplar y/o perderse. Cargado de edificios modernistas que responden a la importancia que tiene el arte arquitectónico en la ciudad, solo con dar un paseo podremos impregnarnos de aquellos tiempos en los que la Belle Époque era la completa protagonista. Sus calles, en perfecta armonía con la parroquia de San Bartolomé y Santa Tecla, hacen que el sitio parezca mucho mejor conectado para el turista.
Playas de Sitges
No vamos a ignorarlo. Buena parte del turismo en Sitges está aquí por sus playas, la vida nocturna que implica y el magnífico clima con el que la ciudad nos recibe a todos así que en una lista de «cosas para ver» no podían faltar nombres como La Ribera, Balmins o Sant Sebastián -elegida por el medio The New York Times como la mejor urbana del mundo- Todas equipadas con lo que cualquier persona necesita para pasar un feliz día de arena y sol con los suyos, sin duda supone una oportunidad para refrescarse.
Paseo Marítimo
De la mano de las playas de esta ciudad viene el paseo marítimo. Con 2,5 kilómetros para recorrer, nos encontramos ante un trayecto que nos lleva desde la misma parroquia hasta los Jardines de Terramar. Desde aquí, además de admirar a la gente local con sus actividades diarias, también está la posibilidad de pararse en San Sebastián o cualquier otro sitio que te guste. Por supuesto podremos admirar la calidad de los edificios modernistas de los que tanto hemos hablado en este artículo, ya que la orilla del mar está cargado de ellos.
Jardines de Terramar
El último punto del paseo marítimo son los Jardines de Terramar, un espacio verde en el que podremos concluir nuestro paseo. Situado entre el mar y un campo de golf, resulta perfecto para hacer un picnic o simplemente desconectar de la vida nocturna que hay en el centro. Conectado con la madre naturaleza en medio de la playa, también resulta interesante ver los lagos artificiales -especialmente si vamos con niños- que dan al espacio un sentido único y mucho más especial.
En definitiva, Sitges es una ciudad que podemos disfrutar de principio a fin tanto si vamos por un fin de semana como si nuestra idea es pasar allí la semana completa o estar de ruta por la costa de Cataluña. En cualquiera de los casos, si te gusta el arte modernista y quieres ver la manera en la que se vive en el escenario del Festival Internacional de Cine Fantástico puede que este sea el destino de vacaciones que llevabas tanto tiempo esperando pero que hasta la fecha no habías logrado. ¿No te parece?