El Parque Europa sigue siendo uno de los grandes desconocidos de Madrid. Situado en el municipio de Torrejón de Ardoz, a poco menos de media hora en coche desde la capital, nos encontramos con un lugar que sorprende tanto a turistas como residentes. Abierto desde septiembre de 2010, esta idea surge como una pequeña ampliación que se iba a hacer del viejo jardín del Arroyo consintiendo finalmente, un kilométrico paraje con hasta ciento noventa mil metros cuadrados de zonas verdes.
A la réplica de los dieciocho monumentos, que es el verdadero reclamo del parque, agregamos otros muchos puntos de interés. Una cascada, plazas temáticas, varios miradores o un merendero son algunas de las zonas de ocio con mayor referencia. Por otro lado, con más de cinco mil árboles a su alrededor, también vemos cómo hay un interés especial en la protección del medio ambiente así como una potenciación de las zonas verdes. Ideal para disfrutar en familia o con nuestro grupo de amigos, puede que pronto se convierta en nuestro plan de la semana.
¿Cuáles son los monumentos del Parque Europa de Torrejón de Ardoz?
Construido sobre una de las zonas más degradadas y deprimidas de Torrejón de Ardoz, el Parque Europa le ha dado al terreno otro color e incluso se puede decir que a nivel turístico, el municipio ha ganado bastante. Aunque el sitio cuenta con un patrimonio cultural bastante interesante, lo cierto es que gracias a esta zona verde hemos visto cómo muchas familias vienen a pasar la tarde de domingo con sus pequeños o la manera en que aumenta el público extranjero. A continuación, te dejamos con los monumentos:
Puerta de Brandenburgo
Situada en Berlín, la Puerta de Brandenburgo era uno de los accesos que tenía la antigua muralla de la ciudad hasta 1860. Monumento histórico como pocos en Europa, también se usó como aduana para cobrar impuestos a la entrada en el país. Carl Gotthard, figura relevante del Clasicismo, fue quien se encargó de su diseño inspirado en la vieja acrópolis de una Grecia casi olvidada. En la fotografía de ejemplo vemos la original pero su réplica está perfectamente conseguida y a la entrada del parque.
Teatro griego
El teatro griego es la máxima representación de la Antigua Grecia. Entre 550 a.C. y 220 a.C., época en que las polis comenzaron a caer bajo dominio romano, la cultura del espectáculo se hizo con toda la población nutriendo los días festivos de magia y color. La réplica que vemos en el Parque Europa, colocada estratégicamente frente al lago, recuerda aquellas noches en la que toda una acrópolis gritaba, lloraba o cantaba ante la colección de juegos que allí se realizaban. En Madrid, además de evocar aquellos tiempos, también se ha usado como lugar de celebración.
Muro de Berlín
Volvemos a Alemania para hablar del Muro de Berlín. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial la ciudad quedó dividida en dos, el este gobernado por la URSS y el oeste bajo el control de Francia, Reino Unido y Estados Unidos. En 1961, a razón de los conflictos, tensiones y el tremendo resultado de la Guerra Fría, se levanta un bloque que parte a la población imposibilitando el tránsito de personas hacia el otro lado. En 1989, tras casi treinta años de penurias, cae por completo como símbolo de libertad devolviendo la paz en el país.
Plaza de España
Repartidas por todo el país, una Plaza de España hace referencia al conjunto arquitectónico de la Calle Mayor de la ciudad. En el Parque Europa vemos una réplica de la que está en Madrid donde la Puerta del Sol y la Casa de Correos son las protagonistas. En sus laterales también se recrean algunas de las fachadas de edificios nacionales a fin de hablar de cultura. De todos los monumentos este es el que causa menos expectación puesto que es el que podemos ver en el centro de la capital.
La Sirenita de Copenhague
La sirenita de Copenhague es el monumento más visitado de Dinamarca. El escultor Edvard Eriksen, por encargo de la familia Jacobsen, hizo una mujer en bronce de poco más de un metro en homenaje al famoso cuento de Hans Christian Andersen. Cedida al ayuntamiento en 1913, actualmente la vemos sobre una roca en el Parque Langelinie y mirando hacia el puerto de la ciudad. La réplica que hay en Torrejón de Ardoz está colocada junto al lago a fin de conseguir un realismo mucho mayor con la original.
Barco vikingo
En el Parque Europa también tenemos un barco vikingo. Como comerciantes o guerreros del mar necesitaban de un vehículo que les llevara de un lado a otro con sus mercancías y/o propósitos. Ligeros pero capaces de soportar tormentas y avalanchas, los navegantes se sentían seguros hasta el punto en el que hicieron todo tipo de expediciones, saqueos y conquistas. Colocado en otro de los lagos, esta embarcación busca representar la imagen de aquel grupo de personas que en otro tiempo dominaron nuestro continente.
Fontana de Trevi
Nos vamos hasta Roma para hablar de la Fontana de Trevi, uno de los monumentos más visitados de la ciudad. Obra del Barroco italiano indiscutible, se terminó de construir en 1762 después de mucho trabajo y algún que otro conflicto administrativo. Ubicada al final del acueducto de la Virgen, sigue la tradición de colocar estos embalses artificiales para que mantengan el agua. La construcción, además de ser espectacularmente visual, es famoso por el sentido de las monedas puesto que si lanzas una volverás aquí y en el caso de tirar dos, lo harás encontrando el amor.
El David de Miguel Ángel
Seguimos en Italia aunque esta vez lo hacemos desde Florencia, donde encontramos El David de Miguel Ángel. La escultura original, que define el ideal de la belleza masculina, mide cinco metros de altura con una cabeza que es la octava parte del cuerpo. Construida entre los años 1501 y 1504, habla del momento previo en el que el personaje se enfrenta al gigante Goliat y su rostro tranquilo pero fijo en el objetivo sigue siendo uno de los preferidos por turistas de todo el mundo.
Torre Eiffel
En el Parque Europa no podía faltar una réplica de la Torre Eiffel. A pesar de que es el monumento menos conseguido de la colección (a su favor hay que decir que estamos ante una construcción de altas dimensiones que por lo general, dificulta el trabajo) aquellos que todavía no hayan ido a París pueden hacerse una pequeña idea de lo que encontrarán en la capital francesa. La original, construida por Gustav Eiffel, cuenta con 324 metros de altura frente a los treinta que tenemos en esta de Madrid.
Manenken Pis
De uno de los monumentos más grandes de Europa pasamos al que puede ser el más pequeño. Símbolo absoluto de Bruselas, el Manneken Pis capta todas las miradas cuando paseamos por la ciudad. Original de 1619, se realizó para hablar de al libertad de un pueblo que tantas veces había sido sometido y que ahora solo buscaba su propia autonomía. Con una colección de hasta 750 vestidos, es toda una tradición vestir al «niño de bronce» en función del festejo que tenga en ese momento. ¿Te animas a verlo?
Puerta de Alcalá
Aunque para ver la original solo tenemos que coger el coche e ir hasta la capital, la Puerta de Alcalá también tiene una réplica en el parque de Torrejón de Ardoz que es casi perfecta. Diseñada por Francesco Sabatani en 1778, la encontramos en la Plaza de la Independencia de Madrid, frente a uno de los accesos hacia El Retiro. Con mucha funcionalidad, en el pasado se usó como puente entre los pueblos de la Comunidad y su metrópolis principal y, gracias a encontrarse en el camino que va hasta Alcalá de Henares, se le dio el nombre con el que hoy la conocemos.
Plaza de Europa
La Plaza de Europa que tenemos en este parque de Madrid es una representación de todos los países que forman el continente. Decorada con esas veintisiete banderas -una por cada uno de la Unión Europea- pretende hablar de cómo nuestros Estados han evolucionado para mejor en el momento en que comenzaron a pensar como unidad y no de forma separada. Culminando la estructura, en su interior hay un mapa con doce estrellas de diferentes alturas que bordean una gran fuente.
Atomium
Regresamos a Bruselas para hablar de Atomium, uno de los monumentos más destacados de la ciudad. Con motivo de la Exposición Universal de 1958 que se hizo en la ciudad, se levanta una construcción futurista en homenaje al uso pacífico de la energía atómica. El original, con 102 metros de altura, se puede visitar por dentro y sirve como mirador para los turistas. El del Parque Europa, aunque tiene menos tamaño, sorprende gracias a lo conseguida que está su réplica en comparación con los demás.
Puente de la Torre de Londres
El Puente de la Torre de Londres es uno de los símbolos de la capital británica. Construido en 1984, cuenta con hasta doscientos cuarenta y cuatro metros de longitud siendo toda una atracción para los turistas. Con el fin de facilitar el comercio sobre el río Támesis y siendo conscientes de lo grande que se estaba haciendo la ciudad entonces, este bloque de piedra se hace con una mecánica hidráulica muy avanzada para su época. El que tenemos en el parque de Madrid, muy bien conseguido, es más pequeño pero bueno para pasear.
Puente de Van Gogh
Del de la Torre de Londres saltamos al Puente de Langlois, uno de los que inspiraron la obra del famoso pintor. Situado en Arlés, al sur de Francia, nos encontramos con este ejemplar que, hecho de madera en su totalidad, recordó al artistas aquellas construcciones de su Holanda natal provocando en él un halo de nostalgia bastante significativo. Hoy desaparecido, el parque de Madrid quiso instalar una réplica en honor a aquella construcción que cayó al suelo con motivo de la Segunda Guerra Mundial.
Molinos holandeses
Los molinos holandeses son el símbolo del país. Construidos en el siglo XIII con el fin de bombear el agua de un canal a otro, en el Parque Europa no se han querido olvidar de ellos y encontramos tres o cuatro en diferentes colores y perfectamente desarrollados. Los de Kinderdijk, declarados Patrimonio de la Humanidad en 1997, tienen hasta doce metros de altura y están repartidos por todas las ciudades. Hoy, ante la imposibilidad de coger un avión a los Países Bajos para ver los originales, podemos disfrutar de sus réplicas en Torrejón de Ardoz.
Torre de Belém
De Holanda saltamos a Portugal para hablar de la Torre de Belém. Situada en Lisboa, justo en la desembocadura del Tajo, se terminó de construir en 1520 con el fin de proteger la ciudad de los ataques enemigos. Una vez establecida, con la idea de sacar provecho a su instalación, también sirvió como prisión o centro de recaudación de impuestos en la época. La original mide 30,5 metros de altura frente a la escala de 1,3 de la que se ha hecho en el parque de Madrid. Colocada en uno de los lagos, a su alrededor hay barcas que podemos alquilar.
Las Tres Gracias
Las Tres Gracias es el último monumento de nuestra lista. A tamaño real y casi en la entrada del parque, nos encontramos con una réplica casi exacta de la escultura de Antonio Canova. Inspirada en el famoso cuadro de Rubens, el artista hizo una representación de la belleza y la alegría que transmiten las mujeres cuando están contentas. La original, que se encuentra en el museo del Louvre en París, podría no tener nada que envidiar a esta que hay aquí aunque siempre recomendaremos ir hasta Francia para verla.
Como vemos, el Parque Europa puede ser un buen plan para esta Semana Santa que tenemos por delante. Ante la limitación de movilidad y viendo cómo a veces nos quedamos sin alternativas para el ocio, nada mejor que venir a este espacio temático en el que, además de disfrutar del buen tiempo, también tenemos la oportunidad de conocer algunas de las mejores obras que hay en el continente. Dicho esto, si vives en Madrid o por sus alrededores no puedes dejar de venir a Torrejón de Ardoz para sorprenderte.